En Alemania están en marcha los preparativos para el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín el próximo 9 de noviembre. Sin embargo, el muro empezó a tambalearse un mes antes, tal día como hoy, en Leipzig. El lunes 9 de octubre de 1989, miles de ciudadanos de la segunda ciudad de la República Democrática Alemana (RDA) desafiaron al enorme despliegue de seguridad del Estado para manifestarse a favor de la libertad. Fue el empujón decisivo para el derrumbe del régimen comunista que gobernaba Alemania del Este desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En los meses anteriores, miles de alemanes orientales ya habían logrado huir al oeste, a través de la frontera de Hungría con Austria o refugiándose en embajadas de la República Federal de Alemania (RFA) en las capitales de los países soviéticos. Sin embargo, en Leipzig quedaba mucha gente que prefería luchar por cambiar el sistema en vez de darle la espalda a su país. En verano de 1989 empezaron las protestas en la iglesia de San Nicolás, al término de la misa de los lunes por la tarde. A principio eran pocos pero el grupo crecía lunes tras lunes. Entonces, el régimen decidió terminar con el foco de resistencia, organizado por estudiantes, curas y otros activistas. Se reforzaron las fuerzas de seguridad, que ya habían repartido porrazos y practicado detenciones en protestas anteriores, y se difundió la noticia de que en los hospitales se habían aumentado las reservas de sangre, por si acaso.

Pero los ciudadanos, hartos de décadas de represión y un declive económico pronunciado, no se dejaron amedrentar y salieron a la calle en masa (unas 100.000 personas, según algunos cálculos). Ante ese desafío, y una falta de coordinación política, los policías y agentes de la Stasi (el temido servicio de seguridad), desistieron de intervenir. Nueve días después el secretario general del partido y jefe de la RDA, Erich Honecker, dimitía. Luego cayó el muro y comenzó una nueva era.

Ha pasado un cuarto de siglo desde la histórica manifestación de Leipzig y estos días vemos otra muchedumbre, la mayoría jóvenes, manifestándose por la democracia, esta vez en Hong Kong. Los estudiantes en la ciudad china con estatus especial también han sufrido la represión del aparato, con detenciones y el lanzamiento de gases lacrimógenos. En la memoria tienen la masacre de la plaza de Tiananmén, en Pekín, donde los tanques del régimen comunista aplastaron una manifestación por la libertad causando cientos o miles de muertos. Ocurrió también en el año 1989 y los habitantes de Leipzig lo tenían muy presente. Pero vencieron el miedo para luchar por el sueño de la libertad. Los manifestantes de Hong Kong también han continuado las protestas a pesar de las palizas, y finalmente han conseguido una reunión con las autoridades locales para hablar sobre la reforma electoral que provocó la protesta. Es una pequeña victoria de momento, pero eso mismo creían los manifestantes de Leipzig hace 25 años.

@thiloschafer