La tasa de desempleo es el principal indicador del mercado laboral, aquel que ocupa mayor prensa y en el que se centra gran parte del debate coyuntural frente al comportamiento del mercado de trabajo. Pero existen otras variables que brindan información clave para entender la dinámica laboral en relación con las demás actividades sociales.
Este es el caso del indicador de inactividad, el cual permite saber qué porcentaje de quienes hacen parte de la población en edad de trabajar (mayores de 12 años en zonas urbanas y de 10 años en zonas rurales) decidieron no participar en el mercado laboral, es decir ni trabajan, ni se consideran desocupados.
De acuerdo con la estimación del Dane para el trimestre móvil junio - agosto de este año, el 35,7% de la población en edad de trabajar se encontraba inactiva, 0,2% menos que hace 12 meses. Cabe resaltar que el indicador de inactividad se comporta de manera cíclica, evidenciando su valor mínimo para el último trimestre (octubre – diciembre), donde es mayor la actividad económica y por ende la dinámica laboral, y su registro más alto en el primero (enero – marzo).
Cuando se desagrega por género, se encuentra que además de ser mayoritariamente mujeres, existen diferencias en las razones de abandono del mercado laboral. Los hombres estudian y las mujeres desempeñan oficios del hogar.
Cabe destacar que cada vez hay más hombres inactivos por razones de oficios del hogar. Esta cifra ha crecido 5,8%, lo que se entiende como una participación cada vez mayor del género masculino en estas labores, aunque aún dista mucho la equidad de género en el cuidado del hogar.
La inactividad también refleja un problema de compatibilidad entre la demanda y oferta de trabajo que lleva a desalentar a los aspirantes, quienes pasan a la inactividad cuando dejan de buscar activamente trabajo. Según el Dane, uno de cada cuatro inactivos reportó haber trabajado hace menos de un año. El principal motivo para abandonar el último empleo es el haber sido un trabajador temporal; pues 1 de cada 4 trabajadores ingresan a la inactividad cuando no pueden volver a conseguir empleo.
Según lo anterior, el diseño de políticas públicas dirigidas a mejorar las condiciones laborales de los colombianos debe integrar a aquellos que no participan activamente del mercado laboral, pero que constituyen una fuerza inactiva que se comporta de manera cíclica, cuando participan estacionariamente en los periodos de mayor actividad económica, y contra cíclica, cuando por el deterioro de las condiciones materiales de su hogar deben buscar activamente fuentes de ingreso complementarias.
*Profesor del IEEC, Uninorte.