“Yo soy yo y mi circunstancia”, escribió en 1914 José Ortega y Gasset(1883-1955, español. ‘El filósofo de la razón vital’). En esta fórmula se ve ya la necesidad de considerar al yo y al mundo como un todo concreto, indiviso, irrepetible, del que es preciso partir para entender al hombre y al mundo. “Yo soy yo y mi circunstancia-repite- y si no la salvo a ella no me salvo yo”.

En realidad, cuando el hombre rinde al máximo de su capacidad es cuando adquiere la plena conciencia de sus circunstancias. Porque en esto precisamente consiste la vida humana: en un ‘quehacer’ entre las cosas. La vida es dada, pero no es dada ‘hecha’, sino por hacer. Me he encontrado viviendo, pero en cada momento tengo que hacer algo para vivir. El existir mismo no lo es dado hecho(al hombre) y regalado como a la piedra, sino que… al encontrarse con que existe, al acontecerle existir, lo único que encuentra o le acontece es no tener más remedio que hacer algo para no dejar de existir. Esto muestra que el modo de ser de la vida ni siquiera como simple existencia es ‘ser ya’, puesto que lo único que nos es dado y que ‘hay’ cuando hay vida humana es tener que hacérsela, cada cual la suya… La circunstancia condiciona lo que tengo que hacer, pero no lo decide. En cada instante el hombre tiene que decidir, tiene que elegir entre las posibilidades ofrecidas o propuestas y no puede hacerlo sin un programa, un proyecto vital que ayude a escoger entre las circunstancias aquellas que pueden ayudar al hombre a la realización de dicho proyecto que también tiene que hacerlo el mismo hombre.

Nadie puede sustituir a otro en esta tarea de decidir, que, por otra parte, es absolutamente irrenunciable. Incluso en el caso en que yo diera al otro la posibilidad de decidir por mi, tendría yo que decidir seguir sus decisiones respecto a mí. En cada momento de mi vida se abren ante mí diversas posibilidades: puedo hacer esto o lo otro. Si hago esto, seré A en el instante próximo; si hago lo otro, seré B… el hombre es el ente que se hace a sí mismo, un ente con el que la ontología(parte de la metafísica que trata del ser en general y de sus propiedades trascendentales)tradicional sólo topoba precisamente cuando concluía y renunciaba a entender: la ‘causa sui’. Con la diferencia de que la ‘causa sui’ sólo tenía que preocuparse en ser en causa de sí mismo, pero no en determinar qué sí mismo iba a causar… Pero el hombre no sólo tiene que hacerse a sí mismo, sino que lo más grave que tiene que hacer es determinar ‘lo que va a ser’. Si el lector ha determinado ahora seguir leyéndome en el próximo instante será, en última instancia, porque hacer eso es lo que mejor concuerda con el programa general que para su vida ha adoptado, por tanto, con el hombre determinado que ha resuelto ser.

El hombre, pues, para poder vivir tiene que decidir, preferir una posibilidad a otra, y esta decisión o elección tiene que justificarla. Por consiguiente, la vida es intrínsecamente moral. Todo quehacer humano es moral(o inmoral) y, a la vez, es libre. Es más, Ortega afirma que el hombre es necesariamente libre porque no tiene más remedio, para vivir, que elegir libremente entre sus posibilidades. “Entre esas posibilidades tengo que elegir. Por tanto, soy libre. Pero entiéndase bien, soy por fuerza libre, lo soy quiera o no. La libertad no es una actividad que ejercita un ente, sino que no tiene naturaleza en el sentido de las cosas y que, en la medida en que la tiene, no se identifica con ella. La vida humana no se identifica con sus elementos naturales, es lo que el hombre hace con ellos. Fuente Monserrat Kirchner.

De tal manera, áulicos del líder de la extrema derecha en Colombia, tengan presente ‘Soy por fuerza libre, lo soy quiera o no. La libertad no es una actividad que ejercita un ente, el cual aparte y antes de ejercitarla, tiene ya un ser fijo. Ser libre quiere decir carecer de entidad constitutiva, no estar adscrito a un ser determinado, poder ser otro del que se era y no poder instalarse de una vez y por siempre en ningún ser determinado’.

Porque “soy yo y la circunstancia”.

La circunstancia del líder de la extrema derecha, en el poder, fue la de guerra.

Pero cuando las circunstancias han cambiado por las de paz; pues hay que adaptarse a las nuevas circunstancias.

En las circunstancias de todos los colombianos, sin excepción:

Somos nosotros y nuestras circunstancia:

Paz, Equidad y Educación.

Raúl Arzuza Cuesta
raul.arzuza@gmail.com
@raul_arzuza