Muchas estrellas tienen ese no sé qué para profetizar eventos que ocurrirán después de su muerte. Diomedes Díaz, considerado el rockstar de la música popular colombiana, lo hizo a través de una de las canciones que interpretó: La plata.
Una pieza original de Calixto Ochoa a la que el Cacique le puso el toque tremendista que él, de manera magistral, le daba a las canciones que grabó.
No puede ser más elocuente la letra de La plata cuando se refiere a la herencia y a las peleas familiares después de un repetido olvido u omisión del causante, como es dejar en vilo sus bienes. A partir del fallecimiento cada quien especula sobre lo que tiene o no tiene el difunto. Diomedes encaja perfectamente en esta situación. No sabía cuánto tenía y muchos de sus bienes adquiridos a fuerza de canto y talento quedaron en manos de terceros o desperdigados.
No en vano los titulares de prensa relacionados con la herencia del Cacique de La Junta evidencian un rollo de la madonna a partir de bienes mal ordenados y un mal nivel de conocimiento para administrar la riqueza, una característica de muchos artistas.
Así que en los últimos meses este diario ha titulado de la siguiente manera: “Lío por la herencia de Diomedes termina en golpes”; “Todo el mundo pelea por la herencia de Diomedes”; “Rafael Santos repartió mal el ganado que dejó Diomedes: exmánager”; “Herederos de Diomedes piden que les devuelvan las tierras de su padre”; “Familia de Diomedes quita de su tumba una banca que había ubicado su mánager”; “Diomedes dejó más deudas que bienes, dice su exmánager Zequeda” y el último y más reciente: “Hijos de Diomedes preparan plantón para que les devuelvan la finca Las Nubes”.
Esta noticia de ayer da cuenta del plantón que los hijos realizarán la próxima semana frente a la entrada de la finca Las Nubes, en el corregimiento de Badillo, cerca a Valledupar, para exigir la devolución de esas tierras que están a nombre de Teodora Daza, esposa del ex mánager del artista.
Así que el Cacique estará sufriendo y riendo con la letra de la canción que interpretó con detalles que bien le vienen como anillo al dedo: “Si la vida fuera estable todo el tiempo, yo no bebería ni malgastaría la plata, pero me doy cuenta que la vida es un sueño y antes de morir es mejor aprovecharla. Por eso la plata que cae en mis manos la gasto en mujeres bebida y bailando. Todo el mundo pelea si dejo una herencia, si guardo un tesoro no lo gozo yo, se apodera el diablo de aquella riqueza, entonces no voy a la gloria de Dios. Se acaba la vida de este cuerpo humano y lo que he guardado no sé pa´ quién es. En el cementerio estoy vuelto gusano y allá están peleando lo que yo dejé”.
Tenías razón Diomedes, tenías razón. A tus hijos y a tu viuda solo les quedará pedir lo que jurídicamente se llama simulación, y qué casualidad, es el nombre de una canción de Rafael Manjarrez, que interpretaste en tus comienzos. Tal vez esa sea la clave.
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