En una columna, publicada en este diario el año pasado, revelamos que la doble calzada Ciénaga–Barranquilla estaba amenazada por un concepto de carácter general emitido públicamente por la Oficina Jurídica de Parques Naturales y, en consecuencia, quedaba aplazado el anhelo de la capital del Atlántico de tener un eficiente y seguro corredor de comercio exterior, por el que hoy se movilizan –con un alto índice de accidentabilidad– más de 240.000 vehículos por mes, de los cuales el 85% mueve la carga que llega a nuestros puertos y la que tiene origen en la industria y el comercio regional.

Los hechos que han sucedido después de la columna nos indican que la amenaza ha desaparecido, e incluso otros problemas han sido solucionados. Por ello, casi todos los esfuerzos que siguen deben dirigirse a lograr que los interesados en las iniciativas privadas para la ejecución de la obra, sin que el Estado aporte recurso alguno, tengan como objetivo que la doble calzada comience a construirse lo más pronto.

Parte de lo que inicialmente había que definir era la alternativa de construir la segunda calzada en el tramo peaje de Tasajera–Ye de Ciénaga, la cual fue aprobada por la Anla mediante Auto N° 5229 de noviembre 20 de 2014. Esta decisión obliga a realizar una serie de estudios, entre ellos los prediales, que quedaron totalmente financiados en virtud de un convenio interadministrativo firmado entre la ANI y la Gobernación del Magdalena, también a finales del año pasado.

Como la vía está a cargo de una concesión departamental, tal como lo contempla el contrato N° 229 de 2006, fue necesario firmar, en enero de este año, otro convenio entre la ANI y el departamento del Magdalena con el objeto de que la primera realice –ojalá pronto– la estructuración de este corredor vial: tendrá una longitud de 64 kilómetros y un costo que puede superar el billón de pesos.

En paralelo, la ministra de Transporte venía trabajando además en el proyecto del nuevo puente Pumarejo y sus vías de acceso, gestión que culminó exitosamente hace pocos días, con la adjudicación de esta obra. Ahora la Región Caribe espera que el inicio de la construcción no demore.

A todas las buenas noticias anteriores se suma un reciente concepto, emitido por la Dirección de Parques Naturales de Colombia el 21 de abril, que dispone que la vía puede ampliarse a doble calzada y que para ello –como es obvio– se requerirá de una licencia ambiental que, de seguro, contendrá sugerencias y recomendaciones que permitan la sostenibilidad de la obra frente a las amenazas de la erosión costera e impidan la repetición de los desastres ambientales que ocurrieron en el pasado.

Haber logrado superar todos y cada uno de los obstáculos mencionados como lo ha hecho Natalia Abello, quien ha liderado el tema ante las diferentes instancias nacionales para encontrar soluciones a fin de que la doble calzada sea una realidad, ha sido posible porque ella tiene la voluntad, decisión y el compromiso no solo por ser la ministra de Transporte de todos los colombianos, sino por ser una firme y comprometida defensora de los intereses regionales, en especial de Barranquilla. Ante tal logro solo podemos expresar: ¡Gracias, ministra! ¡Buena esa Natalia!