Nos piden unos aficionados cartageneros residentes desde hace muchos años en esta amada ciudad (por nosotros, que por ellos no respondemos ni en sentido ni en otro, porque es costumbrita nuestra no responder por nadie) quienes nos piden que hagamos una semblanza beisbolera de Juan González Cornett, un hombre de muy decididas intervenciones durante años en el béisbol tanto amateur como profesional de nuestro país.

González Cornett dirigió el equipo Indios en ambas modalidades. En un momento en el que las relaciones beisboleras entre los dirigentes cartageneros –ciertos dirigentes, luego apartados o neutralizados por su beligerancia en el tratamiento de las relaciones entre ambas ciudades– estaban de lo más agresivas, este columnista, entonces en el diario ‘La Prensa’, nos pidió en sus columnas la fundación del béisbol profesional colombiano.

¿Por qué o para qué? Pues, nada menos que para neutralizar en lo posible el intento del bando adversario de acabar con el béisbol atlanticense, al descalificar a su liga y pedir a las ligas restantes que no tuvieran intercambios con el Atlántico. Es decir, el aniquilamiento total en materia de relaciones dentro del país, que nada se diga internacionalmente.

Toda esa política de hostilidades contra lo nuestro era dirigida desde la propia Asociación Colombiana de Béisbol (Acobe) que luego esta pluma rebautizó ‘Acarbe’, no Acobe; esto es, Asociación Cartagenera de Béisbol. Y a nuestro requerimiento para el profesionalismo respondieron de inmediato dos hombres claves en el béisbol amateur bolivarense: ‘El Flaco’ Alcázar, mandamás del equipo Torices y Juan González Cornett, de Indios. Y anunciaron venir a Barranquilla para fundar con nuestros hombres la pelota profesional.

‘Juancho’, como llamábamos afectuosamente a González Cornett, además de presidente de Indios, era su manager; lo fue en lo amateur y lo sería en lo profesional. Su estrategia dejaba un poco por hacer, como conformar su ‘line-up’ con ‘Papi’ Vargas, como primer bate. Nunca se pudo ver, ni se ha visto, un ‘centerfield’ como primer bate, pero ‘Juancho’ era así. Decía que lo necesitaba para envasar a un corredor rápido como ‘Papi’ y así lo ponía como primer bate, cuando en todo el mundo un ‘centerfield’ era posición para un tercero, cuarto o quinto bate. Mejor si era jonronero.

Juancho nunca cedió en eso y la verdad era que dirigía a un equipo rapidísimo que disputaba siempre o casi siempre el primer lugar en el béisbol profesional colombiano. El mánager, unido al directivo que también era, hacía de Juan González Cornett un hombre clave en el béisbol colombiano, hasta la extinción entre nosotros de este gran deporte, cuando el dólar subió de 4 a 8 pesos. ¿Quién iba a imaginar que resurgiría años después con el mismo dólar por las nubes? Pero así somos en Colombia.