Cuando los dirigentes del futbol argentino se cansaron de protestar en los estrados igualmente futbolísticos contra la piratería colombiana en los años 40 y parte de los 50, cambiaron de escenarios y de interlocutores y elevaron sus protestas por la vía diplomática, lejos de los bullicios de las asambleas deportivas, para entablar el problema al más alto nivel.

Fue cuando el presidente de la república, doctor Laureano Gómez, comisionó a Eduardo Carbonell para que resolviera aquel tremendo diferendo entre la Dimayor y la Adefútbol, que con 3 liguitas de ocho al cuarto, pero con el reconocimiento de la Fifa (de aquella Fifa de Sir Stanley Rous, tan diferente a la que después lo reemplazara con un astuto y ladino brasilero que hizo hasta para vender con sus tantísimos años desgobernando y despotricando de lo lindo en algunos debates), se produjo finalmente un principio de acuerdo que fue la tumba para el bando adefutbolista.

El primer acuerdo al que llegaron los tipos de la Adefútbol con Junior y comparsa de la rebeldía fue el de designar a dos miembros por cada bando, esto es, en igualdad de condiciones y un número igual de votos. Quien aconsejó tamaña estupidez para un bando que mantenía el reconocimiento de Fifa, esto es, que seguiría teniendo el apoyo de la entidad internacional. Semejante claudicación no podía conducir sino al plano final: Eduardo Carbonell no se entendió con su compañero de comisión final y los manipuladores de la Dimayor terminaron en mayoría de votos para decidir. ‘Et Pa plu’, que lo demás vino por añadidura y la Adefútbol terminó muerta y sepultada.

¿Cómo pudo producirse todo ese proceso claudicante? Se necesita, no un cuarto de página, ni tampoco la página misma, sino un libro, para recoger vida, pasión y muerte de una entidad, castigada por sus enemigos cuando se negó a respaldar el nombre de Alfonso Senior como Representante de Colombia ante la Fifa. La única explicación que se dio para esa negativa era que sería un adefesio incalificable elegir a quien había desconocido por años a la Fifa, para ahora salir eligiéndolo para que entrara a su seno.

Fue así como Senior terminó siendo el gran triunfador de la crisis futbolera, así después le esperara la gran derrota de su vida, cuando fue llamado al despacho del presidente Belisario Betancourt, quien le manifestó que Colombia renunciaba a sede del campeonato mundial de fútbol, que el propio Senior había conseguido, llevando al congreso de Fifa al dr. Alfonso López Michelsen.

Senior no aguantó semejante golpe. Lo que tenía como el gran logro de su vida se desvanecía en la nada. Terminó su vida fuera del fútbol colombiano, fracasándose en sí mismo, tema en el que habían triunfado países como Chile, Argentina, Brasil y México. Se bajaba un telón demasiado doloroso.