Gabriel García Márquez definió el Carnaval de Barranquilla como “la manifestación folclórica y festiva de la cultura popular del Caribe colombiano, la misma que alimenta mis imágenes y mi literatura”. Este Carnaval, además de ser uno de los 11 elementos inscritos en el país como representativos del patrimonio cultural inmaterial, también fue inscrito por la Unesco como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad desde 2008.
Cualquier país ve con especial interés el ser inscrito en alguna de las categorías que reconoce su patrimonio, no solo por tener el encargo internacional de salvaguardarlo para la humanidad sino también por el prestigio, el flujo de turismo y la posibilidad de generar recursos financieros.
Con el reconocimiento viene también el compromiso de la administración pública y la sociedad de proteger las características por las cuales fue inscrito. Cuando el Carnaval de Barranquilla fue candidatizado por parte del Ministerio de Cultura, se señalaba la preocupación por la desaparición de danzas y expresiones tradicionales, fruto de la ausencia de políticas estatales de salvaguardia y protección del patrimonio oral e intangible. La Danza de la Burra Mocha, la Culebra, Cucambas, Mariposas, la del Perro y la Danza de la Chiva, entre otras, figuran en la lista del patrimonio perdido.
Como no tenemos un estudio actual que verifique las tradiciones vigentes y las desaparecidas, vale la pena que como sociedad adquiramos el compromiso por conservarlas. Un buen ejercicio para este fin de semana cuando salga a disfrutar de este patrimonio es que evalúe si reconoce los elementos por los cuales la Unesco nos reconoció (danzas, instrumentos, música, disfraces).
Danzas como el Congo, Paloteo, Indios Farotos, Diablos, Caimán, Pajaros, Indios Chimila, Cumbia, Gallinazo, Son de Negro, Garabato, Micos y Micas, Coyongos, Mapalé, Farotas. Busque los instrumentos: el tambor alegre, la tambora, maracas, tambor macho, gaita, caña’e millo, claves, guache, guacharaca. Reconozca la música: puya, cumbia, tambora, garabato, congo, fandango, porros, mapalé, son vallenato y marcha. Y en los disfraces, como mínimo deberíamos distinguir: máscaras (de burro, torito, tigre), tocados, turbantes, penachos, y collares. Es decir, evalúese y evalúe el trabajo de protección del patrimonio.
En esta era de globalización las tradiciones están en alto riesgo, como reconoce el Ministerio de Cultura “las manifestaciones extranjeras que destacan los medios de comunicación transforman el imaginario de la comunidad y desplazan los iconos tradicionales de la identidad por los contemporáneos y de última moda”. Es nuestra obligación proteger y exigir que estas manifestaciones no desaparezcan y mantengan el protagonismo por el que fueron reconocidos.
Directora IEEC, Uninorte. Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad exclusiva de los autores y no comprometen la posición de Uninorte ni de EL HERALDO.