Lo que más preocupa del Parque Bicentenario, sobre el cual publicamos esta tercera columna, es su atraso. Según reza en el contrato suscrito entre la Alcaldía y la Unión Temporal Parque Bicentenario el martes 28 de octubre de 2014, la obra debió entregarse, en su primera etapa de 2 hectáreas y media, el sábado 27 de junio de 2015. Esto es, en 8 meses, y ya han pasado casi 16 meses. ¿Se habrá muerto el palito de macondo que sembró Elsa Noguera en el lote?

El padre Cyrilo, el mayor doliente del proyecto, me dice en un tuit que “el Parque no es solamente un sueño a realizar, sino un compromiso y una deuda que tenemos con la ciudad”.

La totalidad del proyecto comprende un área de 9,5 hectáreas, pero el contrato suscrito por $9.285 millones se limita a unas obras a desarrollar en 2,5 hectáreas, y de estas no se ha hecho ninguna, pues lo que hay hoy es un peladero en la ronda del mal canalizado arroyo, paralelo a la carrera 12A. Lo que uno sí ve avanzados son los trabajos del Parque Industrial La Paz, y sobre todo los de la estación de combustibles de Terpel, que se realizan en un espacio que debió ser del Parque Bicentenario.

Pese a no haber hecho nada todavía, al contratista se le han efectuado pagos por $3.145 millones, y quieren, a los $9.285 millones del contrato, adicionarle un otrosí de $3.500 millones para unas obras de drenaje que son el

resultado de la imprevisión. ¡Cuidado con un pequeño Reficar!

No deja de asombrar también la falta de rigurosidad en el proceso contractual del Parque Bicentenario. Por ejemplo, en una de las piezas del proceso, llamada ‘Análisis del sector’, en su componente ‘Análisis del mercado’ hay frases que no guardan relación con el objeto del contrato, como la que alude a una alianza del año 2007 entre la Corporación Universitaria Minuto de Dios y Camacol nacional y regional Cundinamarca para fortalecer el capital humano y mejorar la calidad, la cobertura y la pertinencia de la educación técnica media, la técnica profesional y la tecnológica. Son los famosos corta y pega, propios de los rellenos en los contratos amañados.

En este proceso contractual sorprende asimismo que el Consorcio Parque Bicentenario haya sido derrotado porque no aportó la experiencia laboral del profesional con idoneidad para instaurar un programa de gerencia de proyecto, exigido en el factor de calidad de la licitación, siendo que del consorcio hizo parte la multinacional Construcciones Luján S.A., con sede en Valencia, España, y con mayor capital y experiencia entre todas las empresas que participaron en el proceso licitatorio. Además, la copia de la cédula aportada de la profesional era ilegible. Sospechoso que una empresa multinacional incurra en fallas tan elementales. Por eso, ganó la Unión Temporal Parque Bicentenario, pese a que no tenía las mismas fortalezas financieras.

@HoracioBrieva