Fue una figura valiosa de nuestro béisbol, hasta cuando el profesionalismo de la primera parte y el más valioso de los tres hizo mutis por el foro, cuando el dólar subió su cotización.

Juan González Cornet fue una de las figuras más destacadas del béisbol colombiano, tanto en su estado amateur, como en su transición al profesionalismo.

En unión del ‘Flaco’ Alcázar, formaba parte de la dupla que vino de Cartagena cuando este columnista escribió en el diario La Prensa que al béisbol del Atlántico -luego de una sectaria descalificación y prohibición a las demás ligas beisboleras de tener contactos con el béisbol atlanticense- los dos llegaron a Barranquilla para eso: para fundar el Béisbol Profesional Colombiano. Esto es historia que nadie puede alterar.

Un secreto que este columnista descubrió casualmente, aunque nunca tuvo una explicación suya, fue alumno del colegio Biffi de nuestra ciudad.

El hermano Pedro, a quien tanto le debe Barranquilla por su aporte incomparable al béisbol nuestro, quiso hacerlo pitcher, pero al parecer Juancho no dio la talla. Sus envíos al plato no tenían ni curvas ni velocidad. Lo cierto es que Juan González volvió a Cartagena y nunca divulgó este pasaje de su vida deportiva. El por qué Juancho se lo llevó al más allá.

El equipo Indios era de su propiedad; le costaba de su bolsillo. Lo inscribió como club profesional y Juancho lo dirigía en todos los campos: como directivo y como mánager del equipo, desde su posición en la primera base. La gente del béisbol se burlaba de Juancho por su concepción beisbolera y por la forma de dirigir el equipo. Pero equivocada como acertadamente, Juancho logró un título profesional, como logró varios títulos en los campeonatos amateurs en Cartagena.

Él tenía su librito y a este se acogía integralmente. Juancho tenía al ‘Papi’ Vargas como centerfield de Indios y a la vez era el primer bateador en su lineup, y eso no se concebía: un jardinero central tenía que ser, no un primer bate para tocar la bola o conectar un sencillo, sino un toletero de mandarria. Lo que era un Joe Dimmaggio en los Yanquis, no un tocador de bolas o cogedor de primera por cuatro bolas malas. Ajá, pero Juancho defendía lo suyo. Mejor dicho, nunca polemizó con nadie y seguía con su táctica exclusiva y bien suya.

Juan González Cornet fue una figura valiosa de nuestro béisbol, hasta cuando el profesionalismo de la primera parte y el más valioso de los tres, hizo mutis por el foro, cuando el dólar subió de 5x1 a 6x1.

Aquello fue un escándalo y los dirigentes todos declararon el final de una causa deportiva que derrotó como deporte, tanto al Sporting como al Junior.

No Ripley habría aceptado aquello como cierto o verdadero.