Los seres humanos con personalidad autodestructiva comparten ciertos rasgos y conductas; dicha serie de características va en contra de sus propios intereses, son contraproducentes para su bienestar y generan sufrimiento y trauma físico y psicológico.
Los rasgos de personalidad de las personas autodestructivas suelen aparecer en la adultez y obedecen a una serie de factores biológicos, psicológicos y situacionales. Los sujetos con este tipo de personalidad evitan y rehúyen de toda experiencia considerada placentera y/o positiva; es por esta razón que dichos sujetos siempre se ven envueltos en situaciones y relaciones caóticas, conflictivas y llenas de sufrimiento. Las personas con tendencias autodestructivas se caracterizan por ser personas cerradas que no toleran los consejos ni la ayuda de sus seres queridos.
Son diversos los síntomas que comparten las personas con hábitos autodestructivos; existen varios manuales de diagnóstico que exponen las características principales de estas personas. Algunos de los criterios diagnósticos de los individuos con este tipo de conductas son:
• No se revelan ante el abuso físico, psicológico, sexual y/o económico.
• No se involucran en actividades que resulten placenteras.
• Se sienten culpables si logran tener alguna mejora en su vida.
• No consiguen llevar a cabo tareas y compromisos para lograr sus metas profesionales y/o laborales a pesar de tener herramientas para conseguirlas.
• Provocan inconscientemente que los demás se enfaden con él para luego sentirse ofendido y humillado.
• Tiende a auto-sacrificarse para ayudar a otras personas.
• Tiende a relacionarse con personas y desarrollarse en contextos en los que es probable que se produzcan desengaños y decepciones.
Las conductas autodestructivas suelen ser manifestaciones de conflictos emocionales inconscientes. La baja autoestima es considerada la mayor causa para explicar esta conducta, así como el resentimiento hacia uno mismo.
La conducta autodestructiva puede adquirir distintas manifestaciones, algunas más severas y otras menos preocupantes. Algunos de los hábitos y conductas más frecuentes de las personas que tienden a autolesionarse son: 1. Pensamientos negativos. 2. Incapacidad para afrontar el problema. 3. Trastornos de alimentación. 4. Dificultad en las relaciones sociales. 5. Poca confianza en sus capacidades. 6. Autolesiones. 7. Autoindulgencia: “todo me sale mal”. 8. Drogadicción. 9. Aislamiento. 10. No expresan sus emociones. 11. Se niegan a ser ayudados. 12. Se sacrifican exageradamente. 13. Gastos incontrolados. 14. Falta de cuidado físico y mental. 15. Celosos, posesivos…