El jueves pasado, EL HERALDO, en ‘La pregunta del día’, les planteó a sus lectores digitales este interrogante: “Char dice que la Policía se durmió con la seguridad, ¿está de acuerdo? El total de votos fue 19.349. El 64% (12.383) estuvo en desacuerdo con el alcalde y el 36% (6.966) de acuerdo con él.
Es la primera vez, creo, que Alejandro Char pierde un sondeo. Por supuesto, esto cayó como baldado de agua fría en su equipo de comunicaciones. No esperaban que le ocurriera a un líder que ha basado su éxito político en las encuestas.
Diana Acosta, la secretaria de Comunicaciones, en un mensaje de WhatsApp, escribió angustiada: “Voten varias veces. Extrañamente, aunque estamos todos conectados y pegados votando, el resultado va en contra nuestra”.
Char olvidó el numeral 2 del artículo 315 de la Constitución que es muy claro: el alcalde es la primera autoridad de policía del municipio (en este caso del Distrito), y la Policía Nacional cumplirá con prontitud y diligencia las órdenes que le imparta el alcalde por conducto del respectivo comandante. En las redes sociales, el comentario, un poco burlón, fue que el dormido era Char. La gente valora todo lo bueno que el alcalde ha hecho por la ciudad, pero no traga entero.
La inseguridad en Barranquilla no se enfrenta endosándole la culpa a la Policía o al alcalde de turno. Es un problema estructural frente al cual las instituciones del sistema penal no están respondiendo con eficacia y contundencia. Lo estructural debe tratarse con una política social que hoy no existe y que sería la que permitiría ir construyendo una Barranquilla con menor pobreza, desempleo e informalidad, pues esta realidad actúa como caldo de cultivo de las conductas delictivas que generan la inseguridad. Y para mejorar el funcionamiento de la institucionalidad penal se requiere una acción permanentemente coordinada entre la Judicatura, la Fiscalía, el Ministerio Público, la Policía, la Gobernación del Atlántico y las alcaldías de Barranquilla y Soledad, y allí Char debería desplegar el vehemente liderazgo que se le nota en las obras públicas, como la canalización de los arroyos y el arreglo de los parques y las vías.
Además, yo le recomendaría a Char dos cosas que podrían coadyuvar a un mejoramiento de la seguridad en Barranquilla: fortalecer la justicia cercana al ciudadano para que no se siga congestionando el sistema penal, y sacar a la Policía de la tarea desgastante de estar capturando a los consumidores de dosis mínimas de marihuana y a los habitantes de la calle –los llamados ‘chupichupis’ como les dicen los defensores públicos y los fiscales de la ciudad–, que terminan rebosando la Unidad de Reacción Inmediata. La Policía debe estar concentrada en la persecución de los delitos graves. No tiene sentido seguir dándole motos, camionetas y gasolina para que persiga ‘chupichupis’.
@HoracioBrieva