Ya sea en forma positiva o negativa los carnavales tienen un gran impacto en la salud mental de los individuos. Las carnestolendas proveen la posibilidad de satisfacer varias necesidades psicológicas: la necesidad de ser reconocido, de ser incluido y de sentirse competente. Además proporcionan un espacio para el desarrollo de la identidad cultural.

El carnaval es un homogeneizador social. No se necesita tener un estrato socioeconómico alto para sentirse incluido. En la calle todos somos iguales. Para mucha gente de bajos recursos esta es la época en la que sus destrezas cobran valor. Por ejemplo, quienes saben hacer máscaras o disfraces logran mejor remuneración. Se valida la importancia del arte popular, no solo con el aprecio social sino también monetariamente.

Por otro lado hay una reducción masiva del mal humor y se respira un aire positivo de fiesta que ayuda a reducir el estrés. Dicho ambiente psicológico promueve la alegría y el optimismo, reforzando la sensación de que la vida vale la pena ser vivida. Atrás quedan las preocupaciones por los conflictos sociales, políticos y económicos. En los hogares la gente se junta para planear cómo gozarse las fiestas. Es una época de acceder a nuevas relaciones, sean de amistad o románticas. Son días en los que se derrumban muchas barreras internas y externas.

Desde el punto de vista negativo, la temporada es difícil para personas que sufren de condiciones emocionales como la depresión, o el abuso de alcohol y drogas. Hay otras complicaciones posibles: la impulsividad puede llevarte a problemas con la ley, o a hacer algo de lo cual te arrepentirás toda la vida; el desenfreno potencialmente conlleva a enfermedades transmisibles de difícil tratamiento o marca el comienzo de una adicción severa; los comportamientos moralmente laxos ocasionan disputas conyugales o familiares o desavenencias con vecinos y amigos; tener hijos no deseados presenta una mayor complicación vital, afectando no solo a los padres, sino también a los niños.

Recomendaciones:

• Andar con personas conocidas. Si vas a dar rienda suelta a algunas pasiones, hazlo cerca de individuos que te quieren y te respetan.

• Tomar medidas de protección personal, andar seguros, evitar accidentes y cuidar la salud.

• No envolverse en actividades que van en contra de tus valores.

• Mantener un buen nivel de respeto por los demás.

Hay dos mandatos claves que debemos analizar. El mantra “En carnaval todo pasa” tiene que ser tomado con cautela. Todo puede pasar, pero hasta cierto punto. Por otro lado está la frase “Quien lo vive es quien lo goza”, la cual es una invitación a aprovechar la oportunidad de ser felices en las fiestas. ¿Y por qué no? Eso es lo que nos distingue y nos hace grandes como pueblo. O sea que vamos a pasar bien rico y a demostrar de nuevo por qué Barranquilla es uno de los mejores gozaderos del universo.

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