Las familias y sus estilos educativos influyen en el equilibrio físico, emocional y social de sus miembros; sin lugar a dudas, la familia es el agente socializador más importante en el desarrollo de una persona y, por esta razón, la influencia que recibimos de ella es inmensa, tanto en nuestro presente como en nuestro futuro.

Como lo he dicho en artículos anteriores, no siempre en los hogares existe un ambiente que beneficia la salud mental. Existen hogares disfuncionales y desestructurados que generan enormes consecuencias a nivel psíquico, mental y emocional. Muchas de las personas que viven en estos ambientes, evitan llegar a sus casas con el fin de escapar de la toxicidad del entorno y el sufrimiento que se desprende de el.

Algunas de las principales causas de un hogar tóxico pueden ser:

1. Dificultades en la comunicación de los miembros: la comunicación es esencial en cualquier tipo de relación y la adecuada expresión de las emociones, y de las necesidades afectivas, influye en el ambiente que se vive dentro de una familia.

2. Falta de afecto: los seres humanos necesitamos y disfrutamos el afecto; sentirnos queridos e importantes por parte de nuestra familia es esencial para nuestro desarrollo, y cuando esto no ocurre se producen múltiples consecuencias que influyen en nuestra capacidad de establecer relaciones afectivas y sociales con otros en el futuro.

3. Abusos: Los abusos no solo tienen que ser físicos; el abuso psicológico genera consecuencias terribles en los miembros de una familia, afectando su autoestima y salud mental.

4. Exceso de Control: Los padres que son excesivamente controladores provocan dificultades tanto para sus hijos como para su pareja. Dicho estilo de crianza fomenta la obediencia excesiva y disminuye el bienestar de los miembros, ya que infunden miedo con el fin de obtener obediencia.

5. Sobreprotección: la sobreprotección es exceso de amor pero también una forma de agresión; los niños que han sido sobreprotegidos tienden a ser débiles, dependientes e incapaces de resolver asertivamente sus problemas.

6. Falta de coherencia en las reglas: los padres son los principales modelos a seguir dentro de la familia, y cuando ellos no cumplen las reglas es muy difícil que lo hagan los hijos.

7. Padres perfeccionistas: los padres exageradamente perfeccionistas generan mal ambiente dentro de su familia. Las expectativas que tienen estos padres sobre lo que es la familia, y sobre lo que no es, no son realistas y afectan las relaciones de sus miembros.