No existe mayor acto de amor que el de dejar a la persona que amas ser ella misma, esta situación no es solo una muestra de amor sino de madurez emocional.
A pesar de que suena muy “fácil” de lograr, dejar que nuestro amado (a) sea él o ella misma es difícil. La sociedad nos ha vendido la idea de que todo lo que queremos y amamos debe ser poseído. Nuestra cultura es reinada por quien más cosas tenga y dicho aspecto, trasciende a las relaciones interpersonales. Es ahí cuando nos volvemos posesivos.
En el mismo momento en que nos sentimos dueños de algo, y sabemos que algo es nuestro, nos invade casi al mismo instante el miedo a perderlo. Mientras más valoramos ese objeto o más amamos a esa persona, mayor será el miedo de perderlo.
Las personas posesivas suelen ser inseguras, y poseen una baja autoestima. En otros casos, el miedo a perder a la persona que amamos se relaciona con experiencias pasadas sufridas en la infancia, en donde se sufrieron pérdidas o negligencias emocionales. Dichas personas tienden a desarrollar un apego inseguro con los demás que los lleva a la dependencia y la necesidad de control. Para los posesivos, es impensable compartir a la persona que aman o al objeto que valoran; constantemente demandan sus atenciones y cuidados y temen que esa persona u objeto sea robado o desaparezca.
Uno de los problemas más grandes de las personas posesivas, es su incapacidad de reconocer su conducta. Para estos individuos, sus miedos e inseguridades se camuflan a través del control de los demás.
No hay nada más asfixiante para un ser humano que sentirse controlado y poseído, está comprobado que mientras más desees controlar a alguien más esquivo se volverá.
Considero que no hay nada más gratificante que saber que la persona que amas está contigo porque tiene la voluntad, el compromiso y la determinación de hacerlo; el amor es dejar a la persona que amas ser quien es y estar conectado con su esencia.
Amar sin poseer implica:
1. No confundir apego con amor: El apego es una emoción que nos ata, mientras que el amor nos hace sentir libres y conectados con nuestro verdadero ser.
2. Asumir que todos tienen derecho a ser quienes elijan: Cuando amamos a alguien no intentamos imponerles nuestras creencias. Nadie está obligado a satisfacer nuestras expectativas y si verdaderamente amamos dejaremos que sean quien ellos quieran y apoyarlos incondicionalmente.
3. Renunciar a la necesidad de control: La vida cambia en un abrir y cerrar de ojos y nadie puede tener toda situación bajo control y es por esta razón que es mejor disfrutar de la persona que amas que empeñarte en controlarla y restringirle su libertad.