Un grupo de aficionados deportivos a quienes “les zumba el mango” por el fútbol, nos han dicho que ellos ignoran buena parte de la vida de Julio Torres, a pesar de haber sido este un delantero de Atlántico en muchas lides deportivas.

Julio Torres permaneció años enteros en el equipo Juventud, que inexplicablemente desapareció de nuestros torneos, habiendo sido junto con el Sporting, los dos clubes que arrastraban más años en el Atlántico.

Julio no era muy alto que se diga, pero eso sí, fornido como pocos, y dueño de un ‘shut’ fuerte y bien dirigido al arco contrario. Fue un goleador nato, tanto en torneos interdepartamentales, como en otros certámenes.

Cuando se comenzó a jugar el fútbol de los Juegos Olímpicos nacionales de 1936, Julio Torres ocupaba la posición de ‘inside’ derecho, porque el delantero centro de Atlántico era nadie menos que Gabrielito Diazgranados, jugador como pocos se han visto en cualquier tiempo dentro del panorama nacional ¿por qué lo sacaron de su posición de centro delantero en el Juventud? Sencillamente porque Gabrielito Diazgranados era el centro delantero del Unión Colombia, y no tenía rivales en esa posición: pateaba con ambas piernas y era un pase-gol.

Infortunadamente, en el partido de Atlántico contra Antioquia, equipo que vino a Barranquilla con 4 o 5 auténticos homicidas del fútbol, a Gabrielito lo sacó del futbol un verdadero asesino del deporte. Reconstruyamos la escena que presenciamos: el hombre se vino de su posición de medio izquierdo a toda velocidad hacia el lado derecho de la cancha donde Gabrielito avanzaba con el balón y le metió la patada más artera y cobarde que nosotros hemos visto en el deporte, destrozándole en varias partes el tobillo a Gabrielito.

En ese partido Antioquia-Atlántico, varios jugadores nuestros fueron fuertemente golpeados, porque los paisas vinieron a ganar a cualquier precio y por cualquier vía. Julio Torres recibió una patada en la parte posterior del cuello, estando indefenso en el césped. Julio murió de apendicitis derivada hacia peritonitis, por un descuido suyo y así perdimos un valioso jugador. Se le ganó a Antioquia 3-1, pero a un alto precio por lesiones .

Como hemos publicado anteriormente, Atlántico –que fue campeón nacional en Medellín, y por esto se esperaba la conquista de otro campeonato– no pudo conseguirlo por la forma demasiado agresiva como se jugó aquel torneo. En un accidentado partido contra Magdalena, la falta de Gabrielito, y la de José Escorcia, a la sazón, el mejor arquero de Colombia, determinó aquel fracaso para los barranquilleros. El partido contra Magdalena se acabó faltando 17 minutos y aquella falta de tiempo determinó que Magdalena fuera campeón.