El próximo domingo estará al aire la entrevista que la periodista chocoana Ilia Calderón hace a Chris Barker, el líder de una secta llamada los Leales caballeros blancos, una rama del Ku Klux Klan que resurge de las cenizas. Este grupo ha sido conocido por fomentar el odio racial en Estados Unidos y por inspirar a racistas por todo el mundo. Tienen distintos segmentos y distintas formas de expresarse. Algunos tienen relación estrecha con grupos neonazis, otros prefieren vestir prendas blancas, las diferencias son detalles de fina coquetería, asuntos de forma, en el fondo son la misma cosa.
Barker accedió a recibir al equipo de Univisión en su casa, en su mayoría conformado por latinos, pero su odio se exacerbó cuando vio a Ilia. La entrevista transcurrió con fuertes tensiones, al punto que la periodista sintió temor por su seguridad personal. Barker dijo que nunca un negro había puesto un pie en su casa y amenazó con quemar a Ilia Calderón.
El odio racial de Barker se respalda con una absurda idea de cristianismo que justifica la violencia contra aquellas personas que no son blancas, el deseo manifiesto de que desaparezcan de la faz de la tierra, y el más profundo anhelo de que la muerte los encuentre. Cree en la hoguera, en la horca, y cualquier severidad de la justicia en el marco de la democracia le parece una ligereza. Los judíos, los negros, los musulmanes, los homosexuales de todas las etnias, los indígenas, los latinoamericanos, todo lo que no sea blanco, dentro de su obtusa cabeza, debe morir. En su discurso hay una insensatez detrás de otra. Cada oración parece la expresión de un psicótico delirante que se sustenta en la idea paranoide del peligro que representan los otros que no comparten su “linaje”. Barker y los suyos, están a la derecha de la derecha más ortodoxa. Los negros, según le parece al líder de los Leales caballeros blancos, no se han desarrollado correctamente, son salvajes, inmaduros, infantiles, tienen antecedentes de canibalismo sin capacidad de evolucionar.
No hay que ser muy profundo para saber la clase de bestia que alimenta el ego blanco de Barker, un monstruo que lo hace parecer su propia parodia cuando se disfraza con capuchones para hacer rituales en círculos alrededor de una cruz encendida.
Ilia Calderón es, como ya lo sabemos, colombiana. Nació en Istmina, un municipio que se encuentra ubicado en la parte sur oriental del departamento del Chocó, a unos 65 kilómetros de distancia de Quibdó. Barker no tiene la menor idea de dónde está el Chocó, su pervertida estupidez le hace creer que el mundo negro es una sola cosa, un limbo donde todos están hechos para ser esclavos. A él le pasa lo que a algunos penosos colombianos. Nota: Año 2010, “¿Para qué vas al Chocó, si allá solo hay negros y mosquitos?”, Sabas Pretelt. Año 2014, “Si uno pone a trabajar a los negros se agarran de las greñas”, Paloma Valencia. Año 2016, “eso no es una tribu africana, este es un país de instituciones”, Álvaro Uribe.
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