De la mano de la Costa Caribe Colombia se orienta hacia el desarrollo sostenible y la seguridad energética. Una dupla poderosa que se multiplica al poner sobre la mesa el potencial de la Región en materia de energías limpias, ya que permite que el país trascienda hacia la diversificación de la matriz energética y la reducción de emisiones de contaminantes a la atmósfera que tanto urge en el planeta.
No en vano es en el Caribe donde se encuentra el mayor potencial de Colombia, tanto para la generación de energía eólica como para la solar. Solo por citar un ejemplo, en La Guajira el potencial en energía solar es cercano a los 42.000 MW (2,5 veces la capacidad actual instalada).
Esta semana conocí el proyecto de autogeneración de energía de la empresa barranquillera Tecnoglass, que incluye diferentes fuentes de energía renovables. Actualmente genera, en energía solar, el equivalente al consumo energético de 1.413 hogares colombianos. Una apuesta que le ahorra en su recibo de luz algo más de $100 millones, además de las deducciones en impuestos e importaciones, y que evitará la emisión de 760 toneladas de CO2 cada año.
Una inversión privada que invita a pensar en que diversificando fuentes de generación de energía ganamos todos: la industria, la Región, el país y el planeta.
La matriz energética en Colombia es limpia. Muy baja en emisiones de gases de efecto invernadero porque 70% de la canasta energética está conformada por generación hidroeléctrica. Motivo por el cual aprovechamos de manera sostenible la riqueza de los recursos naturales con que cuenta el país. Contribuimos con el 0,46% del total de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Pero, paradójicamente, somos uno de los países más vulnerables al cambio climático.
De ahí que todo esfuerzo que se haga por evitar o disminuir emisiones sume, porque es pensando en colectivo como ganamos todos. Si la industria opta por energía aún más limpia, disminuirá el aporte de contaminantes y el país llegará a la meta asumida como compromiso de Colombia para la mitigación del cambio climático en la COP 21. Este gana-gana es un hecho en el Caribe con iniciativas como la de Tecnoglass. Una inversión inicial de USD2,8 millones evitará la emisión de unas 17.353 toneladas de CO2 durante los próximos 25 años y le permitirá ahorros hasta de USD10 millones en igual cantidad de años.
La invitación ahora es que a partir del potencial con el que cuenta el país para la generación de energía limpia, nos unamos empresas y Estado en una apuesta por garantizarles a nuestro hijos un entorno al menos igual al que nosotros hemos podido disfrutar. Esto lo lograremos trabajando juntos, de manera articulada, Estado y sector privado.
A la fecha, con incentivos tributarios introducidos por el Gobierno nacional, hemos facilitado la inscripción de más de 220 proyectos ante la Upme que buscan generar más de 4.000 MW. De la misma manera hemos promovido inversiones por más de USD5 millones en proyectos de eficiencia energética, relacionados con el aprovechamiento de calor residual, sustitución de motores y masificación de sistemas de transporte limpio.
El camino hacia la sostenibilidad está frente a nosotros. Y es en el Caribe donde se nos presenta –si no la mejor– una de las mejores oportunidades para emprenderlo.
* Ministro de Minas y Energía