Cuando ya habían pasado casi dos décadas desde el VII foro del Caribe Colombiano, la ESAP, la Gobernación del Atlántico, otras entidades y organismos hicieron posible sacar adelante el VIII Foro del Caribe, cuando ya nadie creía en eso, gracias al tesón y a la participación de quienes han abanderado la regionalización del Caribe. El I Foro fue en 1981. El VIII no fue un evento multitudinario, como los anteriores, pero fue increíble contar con la presencia de quienes desde los 80 han acompañado esta gesta que se inició con la Liga Costeña en 1911. Creo que esta vez primó más la calidad del debate que la cantidad de asistentes, y lo más interesante es que al lado de discutir nuestros problemas regionales se dejó en claro que necesitamos ya la Región Administrativa y de Planificación del Caribe (RAP), tal como lo plantea el Art. 306 de nuestra Constitución, como un primer paso para la regionalización. La Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT) nos la aprobó formalmente, pero la dejó sin alas al prohibir el financiamiento con recursos nacionales, SGP y regalías. El centralismo se burló de nosotros, siendo Germán Vargas Lleras el ministro del Interior de Santos I. No acogieron el proyecto de LOOT que se aprobó en una reunión en Valledupar, previa a la inauguración del nuevo gobierno de Santos en el 2010. Ya con Uribe, en el 2005 habíamos sido testigos de su posición negativa al manifestar en un foro en la UniNorte que él no podía crear otra fuente de costos al presupuesto nacional.
Ahora, en forma similar, muchos precandidatos presidenciales hicieron notoria su ignorancia sobre esta reivindicación del Caribe en sus presentaciones en el evento. No sobra señalar que el alcalde Char no vino al cierre del foro, como se anunció en la agenda.
El gobernador Eduardo Verano dejó bien claro por qué necesitamos la RAP. Es un primer paso en nuestra autonomía regional, en un país donde el nivel central maneja el 85% de los recursos. El Gobierno quiere desconcentrar, pero lo que nosotros deseamos es autonomía para manejar nuestros asuntos. El Gobierno traslada competencias pero no da los recursos. Ha reformado dos veces el SGP para capturar más recursos para los programas presidenciales, sin volver al diseño original de la Constitución de 1991. Soy del criterio de que no basta mejorar la educación y la salud, ni es suficiente tener ministros costeños o presidentes para desarrollarnos. La matriz institucional de Colombia es centralista y mientras persista continuará el problema de la falta de convergencia regional. Cierto es que mejoramos, pero seguimos quedados, alejándonos del promedio nacional, con tasas superiores de analfabetismo, PIB per cápita más bajo y mayor mortalidad infantil.
Si salimos de las capitales del Caribe a los pueblos la pobreza nos abate. Necesitamos empleos productivos, más industria y agroindustria, más transformación productiva, y sin duda mejores instituciones alineadas con la modernidad. Pero como lo señalaba T. Veblen, los hábitos de pensamiento surgen de nuestras realidades materiales, y mientras no tengamos una modernidad material difícilmente la tendremos espiritualmente. El clientelismo y la corrupción seguirán haciendo estragos, cuando no hay más opciones de vida en nuestros pueblos. El senador Efraín Cepeda recogió con energía la bandera de la regionalización desde la presidencia del Senado, aprovechemos esta coyuntura.