Hoy está prohibido perder y hasta empatar. Colombia tiene la obligación de vencer al colero, y punto. No importa que la Selección ya acumule casi 20 años sin ganar en Venezuela por eliminatoria (la última vez fue el 15 de diciembre de 1996, 2-0 con goles de Jorge Bermúdez e Iván Valenciano). El desafío esta tarde es romper esa racha sin victorias (dos empates y dos derrotas) y asegurar más de medio tiquete a Rusia-2018. Si no es hoy, con el seleccionado que suma solo un triunfo, tres igualdades y diez caídas, veo difícil que sea frente a Brasil, que acumula 10 lauros, tres paridades y solo un tropezón.

Sí, en el fútbol no hay lógica, hoy se puede sufrir una decepción ante el combinado que ocupa el sótano de la tabla de posiciones de la eliminatoria sudamericana, y el martes se puede festejar un triunfo ante el líder, pero siendo realistas, ¿qué es más probable a pesar de la ventaja que significa jugar en casa?

La Canarinha, a la que nunca hemos superado en eliminatorias, está jogando bem y hasta bonito. Tité ha consolidado un equipo con el brillo de individualidades como Neymar y Countinho. No es invencible y no es imposible derrotarlo el martes en el Metropolitano, pero indiscutiblemente no es papita pa’l loro.

La Vinotinto tampoco es un dulce bocadillo, bastante nos ha amargado en el último tiempo, pero, sin duda, es muchísimo más ganable por más que estén con el aliento de su gente en San Cristóbal (donde seguro habrá varias manchas amarillas apoyando a los nuestros).

Ya sé que “en el fútbol nada está escrito”, “que los partidos hay que jugarlos”, “que nadie gana de nombre, de camiseta y de guayos bonitos” y todas las frases de cajón de ese estilo, pero pongámonos francos y claros: hoy hay que ganar. Con James o sin James, los tres puntos deben ser el objetivo.

Entre otras cosas, Colombia ya ha estado sin James en esta eliminatoria y ha salido bien librada. En cuatro partidos con el 10 ausente se consiguieron dos victorias (ante Perú, en Barranquilla, y Paraguay, en Asunción), un empate (frente a Uruguay, en el ‘Metro’) y una derrota (ante los charrúas en Montevideo).

James es nuestro crack, marca diferencia y se crece con la Amarilla, eso no lo pongo en duda. Sin embargo, no hizo la pretemporada completa, viene de una lesión, el Bayern dijo en un comunicado que no debía jugar bajo ninguna circunstancia ante Venezuela. ¿Para qué precipitar su regreso si hay toda una baraja de opciones para sucederlo de buena forma? Hoy no veo urgente su regreso. De todas formas, con James, con Chará con Muriel, con Teo o Giovanni, con quien decida Pékerman, es un partido para sacar la jerarquía, la casta, la experiencia, la trayectoria, la calidad, el carácter y… la victoria.