Mientras el Gobierno Nacional presentó su proyecto de presupuesto al Congreso para el 2018, con un incremento de apenas un 1%, teniendo en cuenta estimaciones aún optimistas que en el 2017 crezcamos al 2% en el PIB, acá en Barranquilla se nos anuncia que el presupuesto distrital para el 2018 apenas se incrementará en un 10,7%, haciendo una estimación “realista” de sus ingresos, elevándose a un monto de $3,3 billones. Parece que el entusiasmo en el gasto en la Alcaldía se modera, pero no tanto como lo ha hecho el Gobierno Nacional, quien tiene retos mayores como los del posconflicto, donde el incumplimiento aparece ya con orejas largas, generando eventos como los de Tumaco.
Desde hace más de una década se nos ha vendido la idea que Barranquilla ha sido un caso único, con un crecimiento especial, por fuera de los patrones nacionales. Nadie puede negar que Barranquilla ha crecido, por razones diversas, pero las cifras indican que no ha sido algo excepcional y va de acorde con lo ocurrido en varias ciudades.
La Alcaldía no ha colgado el proyecto de presupuesto del 2018 en su página web, por lo que solo sabemos lo que EL HERALDO ha publicado al respecto. Pero ahora, que se cree que al fin ha ocurrido un revolcón en el Concejo Distrital, ojalá ello sirva para una discusión profunda sobre la situación fiscal del Distrito, y el entorno económico de la ciudad. Un Concejo menos sumiso sería importante para esclarecer problemas, como es el endeudamiento de la ciudad, como lo ha exigido el joven concejal Carlos Meisel, quien ha solicitado inútilmente a la Secretaría de Hacienda un informe actualizado de las deudas que se han causado por vigencias futuras que llegan hasta el 2032.
Valdría la pena reconocer nuestras dificultades para ir aterrizando el presupuesto del 2018. En primer lugar, ya Camacol Regional tuvo que reconocer que hay una contracción en las ventas de vivienda nueva del 6% en los estratos no-VIS, de enero-agosto del 2017. El sector se ha venido salvando por la construcción de viviendas populares. Por el lado de los restaurantes, la Asociación de la Industria Gastronómica señaló que este año se han cerrado 80 restaurantes de la ciudad, lo cual se refleja en la no renovación de 56 registros mercantiles en el 2017, según la Cámara de Comercio. En el Doing Business 2017 del Banco Mundial, aunque mejoramos un poco, quedamos en el puesto 15 entre 32 ciudades, donde salimos muy mal en registros de propiedades (puesto 27) y pago de impuestos (25), mejorando apenas en apertura de empresas (9), aunque los costos de abrir una empresa se han incrementado en un 14,3% real desde el 2013. Por otro lado, Fundesarrollo ha presentado un estudio de las Finanzas Públicas de Barranquilla para el periodo 2008-2016, para Barranquilla Cómo Vamos. El informe reconoce los avances del Distrito en este frente, pero señala un preocupante incremento del endeudamiento: “Entre 2008 y 2016 adquirió préstamos con los bancos y Nación por un valor aproximado de $814.422 millones a precios constantes de 2016”, donde “la participación de la deuda en los ingresos corrientes del Distrito pasó de 59% a 65% entre 2010 y 2016”. Si a eso le añadimos las vigencias futuras, sin duda es prosperidad al debe.