*Por: Osvaldo Olave
En el presente siglo los encargados de las decisiones en la conducción del Estado colombiano independiente de su sello ideológico, apelan a la visión económica en su perspectiva tradicionalista y por demás reduccionista, sin visionar y pragmatizar aspectos sociológicos, antropológicos y psicológicos. La realidad ha demostrado que la omisión de estas variables genera desviaciones en los resultados esperados a partir de la implementación de las políticas públicas
El centro de la atención del presente análisis es visibilizar las implicaciones para la política social y económica de Colombia, en el próximo cuatrienio presidencial 2018-2022, si nos atrevemos a incluir el enfoque de la economía conductual en la toma de decisiones en la administración pública.
Por otra parte se suscita la discusión de abandonar los modelos económicos convencionalistas, porque asumen que los “agentes” son preferentemente egoístas y racionales por aquellos de la relevancia recíproca y las etiquetas sociales en los devenires económicos. Así mismo nos trazamos en una racionalidad limitada y apelamos a los estímulos económicos financieros para elaborar las políticas públicas.
La economía conductual o llamada también la economía del comportamiento es una rama de la economía que ha incursionado en el campo investigativo para que podamos comprender los proceso de la toma de decisiones económicas y el comportamiento humano.
En los estudios de Mallainathan y Thaler (2002) la economía conductual es una disciplina que combina la economía y la psicología porque investiga lo que ocurre en los mercados cuando los “agentes” sufren las limitaciones y complicaciones propias de los seres humanos.
La Real Academia de Ciencias de Suecia ha otorgado el Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas, conocido popularmente como el Nobel de Economía. El galardón ha sido para Richard H. Thaler, por su contribución a la economía del comportamiento, esto es, básicamente la incorporación de la psicología a las ciencias económicas.
La economía conductual se involucra en el estudio y análisis del pensamiento cambiante, propio del comportamiento humano, sus efectos sobre las decisiones económicas, análisis extensivos en otros campos que podríamos generalizar como lo observamos en muchas ocasiones en la cátedra del contexto sociopolítico y de donde expresamos que lo más difícil del ser humano es ser humano.
Los modelos económicos neoclásicos utilizados hasta ahora, que definen al individuo racional de que la eficiencia del mercado, depende de la actuación de sus participantes económicos con esa misma vía de racionalidad colectiva y que el Estado interviene para corregir la irracionalidad y anomalía, cualquiera sea el motivo que lo haya provocado.
La economía social y pública se ha visto tematizada por los principios de la economía del comportamiento, por ejemplo, cuando en el campo de la microeconomía tradicional, cuya construcción se fundamenta en un modelo matemático, que aísla las limitaciones cognitivas, emocionales, que son conductas humanas comprensibles y que canalizan sus intereses económicos financieros y del bienestar de la vida.
De esta manera la economía conductual o comportamental en unión con los aportes de la sociología, de la psicología social y de la antropología social han recurrido a la constatación experimental, con escenarios controlados, cuya metodología experimental ha sido desarrollado por los profesores Selten (Nobel de Economía 1996) y Vernon Smith (Nobel de Economía 2002).
En la economía imperante, que llamaremos neoclásica, se desconoce la complejidad como una característica propia del mundo real y que lo conveniente para la comprensión de las acciones económicas es reducir lo complejo a lo simple, por eso la catalogamos como reduccionista.
Algunos autores economistas consideraron que la situación psicológica de los seres humanos incide en los fenómenos intrínsecos de la economía (Consuegra Higgins, 2001, p. 333) sigue precisando el economista benemérito de Colombia, que los partidarios de esta interpretación afirmaron que los factores exógenos como el optimismo y el pesimismo constituyen las causas fundamentales del movimiento ondulatorio o cíclico de la economía capitalista.
*Economista, magíster en Desarrollo Social, candidato a doctor en Filosofía y Ciencias Políticas, miembro Sala General Universidad Simón Bolívar.