Alguna vez se me dio por bautizar las reacciones de ciertas personas como el ‘síndrome de Kiko’ que no es otra cosa que aquella gente que actúa como el famoso flaco cachetón de El Chavo. Sí Kiko, el de sí mami, chusma, chusma. La razón es que hay seres humanos que han sido bendecidos por Dios y la vida y, a pesar de tenerlo todo, envidian los grandes o pequeños triunfos de los demás.

En eso se me parecen tanto a Kiko. En la serie de humor el pobre Chavo hacía una pelota de papel para jugar y Kiko salía corriendo a casa y traía una pelota de playa grande y llena de colores y, con ella bajo el brazo, se paseaba al lado de donde el Chavo jugaba. Cuando el Chavito veía semejante pelota le pedía a Kiko jugar y la respuesta era ¡no, la pelota es míaaa!

Lo mismo pasaba con las chupetas. O bombones que le llamamos nosotros. El señor que las vendía le obsequiaba al Chavito una normal, pequeña como para que no se le fueran los ojos cuando él pasaba. Más tardaba el Chavo en llegar al patio de la vecindad que en Kiko salir corriendo a buscar una chupeta gigantesca para lamerla cerca al Chavo.

Alexis Henríquez me hizo acordar tanto a Kiko. Cuando Nacional ganaba y ganaba, la Dimayor le aplazó todos los partidos que pidió y hasta alargó la final del campeonato. La decisión está consignada en una publicación del 2 de mayo del 2016 “para facilitar la participación del equipo antioqueño en la competencia internacional”, y no fue la única vez.

No bien Henríquez vio que el Junior ha ganado la Copa Águila y que sigue disputando con posibilidades la Liga Águila y la Copa Suramericana salió a declarar en rueda de prensa que él y sus compañeros de Nacional solo jugarían hasta el 10 de diciembre porque necesitan con urgencia las vacaciones. ¡Pues, problema de él, María!

Que lo diga afectado por el ‘Síndrome de Kiko’ vaya y venga, pero que lo haga sobre hechos que no son verdaderos sí es grave. Decir que a Nacional no le han ayudado en sus competencias internacionales es como pensar que todos somos amnésicos. O pendejos.

Es que el foco de la atención del fútbol en Colombia pasó a ser Junior, desplazando de esa atención a Nacional. A Henríquez le duele la grandeza del Junior. Pues ni modo. Que se muerda el codo…