La institucionalidad tiene un costo económico, el cual solo aquellos que vivan aislados de la sociedad desconocen, y que quienes han accedido a la educación reconocen como la lógica del contrato social. La vigencia de esta institucionalidad ha sido entendida como el elemento determinante en el desarrollo de los países, entendiendo que aquellos donde el Estado de derecho es una realidad, hay un mayor desarrollo en sus concepciones tanto humanas como económicas. En el caso de Colombia, se sabe que el irrespeto de las instituciones se ha traducido en las mayores dificultades que tiene el país para crecer, hecho que se agrava ante la existencia de toda una variedad de conflictos sociales, económicos y culturales que dan cuentan de la nula capacidad que históricamente ha tenido el Estado para hacer cumplir la Ley.

En el país, a pesar de que muchos políticos pretendan sostener lo contrario, siempre ha habido un amplio incumplimiento de la Constitución y de la Ley, en la mayoría de las situaciones por la presencia ineficaz del Estado en el territorio, y en otros, mediante el debilitamiento de instituciones desde el ejercicio político y electoral. Ahora, toda esta cátedra no ha sido escrita puramente con fines pedagógicos, sino también como un antecedente a la crítica que procede, esto es, pretender que con un mayor debilitamiento del Estado se va a lograr una aparente recuperación de sus instituciones, o mejor, hacerle creer a la sociedad que, si no se respeta la norma, se va a lograr un efectivo tránsito al imperio de la Ley.

Todo esto, por el video viral y ridículo en el que se muestra a un hombre enfurecido que se rehúsa a pagar el IVA en un Éxito, alegando que de ninguna forma pagaría el impuesto para comprarle camionetas a Timochenko. El video despertó toda una serie de comentarios muy desalentadores para quienes creemos en el poder de la institucionalidad, enviando un mensaje muy fuerte que incentiva las vías de hecho y que no comprende las consecuencias reales de lo que propone.

El proceso que vive el país no es para menospreciar de ninguna forma el respeto del Estado de derecho, por el contrario, es un intento pacífico de lograr a través de negociaciones la vigencia real de la Ley, la cual nunca ha existido desde nuestra constitución como República, por las múltiples confrontaciones violentas en las que han resultado las dinámicas políticas, por el control en las actividades ilícitas, y por la corrupción que ha empobrecido sistemáticamente al país. Así que si se cree que dejando de pagar el IVA o desconociendo cualquier disposición fiscal se está gestando algo positivo para el país, no solo se está pecando de ignorante sino que se está infringiendo la ley, eso de lo que tanto nos quejamos.

@tatidangond