Si aspiramos a una sociedad más libre y más justa, no hay mejor inversión que la educación. Porque ella tiene la misión de permitir a todos, sin excepción, el desarrollo de sus talentos y sus capacidades. Para poder responsabilizarse de uno mismo, construir un buen proyecto de vida y aportar al desarrollo de una buena sociedad.
En Colombia estamos lejos de esta utopía. Nuestras mentes viven enclaustradas en el laberinto de las Farc, lo que no nos permite reflexionar con tranquilidad sobre un proyecto-país que tenga como eje fundamental una sociedad integrada, con mayor entendimiento mutuo y mirando hacia un elevado sentido de responsabilidad y solidaridad.
A quienes creemos en la utopía de un mundo más vivible y más justo, nos alegra que los gobernantes de las ciudades más populosas del departamento muestren un especial interés por la calidad de la educación.
El editorial de EL HERALDO del martes 14 de este mes destaca la apuesta por la educación que han hecho las dos alcaldías de Alejandro Char y la de Elsa Noguera; por los excelentes resultados de ‘Ser pilo paga’, que resumen los esfuerzos de los estudiantes, profesores, directores de colegios y el Gobierno local. Y siembran la esperanza de que al menos un grupo de jóvenes talentosos y disciplinados, con su esfuerzo, podrán elegir libremente la universidad y la profesión que sueñan.
Por su parte, el alcalde de Soledad, Joao Herrera, dio un golpe a la cátedra con dos propuestas de innovación, basadas en el conocimiento científico, que mueven este paquidérmico sistema educativo, que a veces se ve como negacionista a cualquier tipo de cambio.
Tiene razón el alcalde con cambiar el horario de ingreso en la mañana. Según un estudio de la Academia de Pediatría de Estados Unidos, se encontró que a los niños no les hace bien la levantada de madrugada. Y otros nuevos estudios demuestran que la hora óptima de ingreso al colegio es las 9:00 de la mañana. Hay evidencias de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, que muestran que cuando se ingresa más tarde los niños y jóvenes registran mejores calificaciones y manifiestan menor depresión, uso de drogas, alcohol y tabaco. Hoy, un niño o joven de Barranquilla debe levantarse a las cinco de la mañana para llegar al colegio, contradiciendo todo lo que la ciencia recomienda.
La segunda propuesta del alcalde soledeño, en el sentido de prohibir que los colegios impongan tareas para la casa a sus alumnos, tanto el editorial como la columna de Rodrigo Fuenmayor muestran datos relevantes de que mientras mejor sea el sistema educativo, menos tareas.
Estamos en un momento de la historia en el que en todo el mundo se experimentan innovaciones científicas y tecnológicas que están transformando la economía, la política y nuestras prácticas cotidianas de convivencia. Estamos iniciando una nueva forma de vivir que genera tensiones y desafíos, por lo que las grandes reformas educativas no pueden esperar si queremos cumplir con las tareas que nos exigen estos nuevos tiempos.
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