La ‘salsa choke’ es una salsa a la que sus creadores añadieron son urbano y sonidos africanos, porque su objetivo es ser bailada. Se trata de un estilo, un subgénero, un ritmo pegajoso que habría tenido sus orígenes en Tumaco por allá por el 2004.
La ‘salsa choke’ es salsa porque hereda golpes y melodías afroantillanas. Lo de ‘choke’ se explica porque, al principio, los bailadores chocaban sus cuerpos unos con otros, hasta que evolucionó, sobre todo en el distrito de Aguablanca, en Cali, y en su versión más moderna ya ni siquiera hay roces.
Chichoki habría sido su primera canción, compuesta por Carlos José Castro, apenas en 2008. Lo cierto es que esta pieza había salido tiempo atrás, sin éxito alguno, como reguetón. La tusa y Bien pegaíto, fueron otros primeros títulos citados de estas tonadas que ya se escuchan y bailan en la Costa Caribe, y en el vecino país del Ecuador.
La ‘salsa choke’ se popularizó cuando Pablo Armero, jugador de la Selección Colombia de fútbol, lo introdujo entre sus compañeros del combinado nacional, en especial Juan Guillermo Cuadrado y James Rodríguez, que empezaron a bailarlo para festejar sus goles, durante el campeonato mundial de Brasil en 2014.
Al ritmo de la ‘salsa choke’, el bailarín mueve sus pies y caderas dos o tres veces a cada lado, acompañado por sus manos. El ritmo nuevo se parece a la bachata, pero es muchísimo más rápido. Entre sus movimientos más conocidos se mencionan ‘el brincaíto’, ‘el champú’, ‘el swagga’, ‘cobando’ y, claro, ‘pateando el balón’.
Los críticos señalan que en la ‘salsa choke’ se descubren golpes del timbal tradicional, sonidos electrónicos, folclóricos, afroantillanos o del Pacífico, con la velocidad del rap y algo de dance hall.
Carlos José Castro, más conocido como CJ Castro, autor de Chichoki, es un tumaqueño, de profesión enfermero, que aprendió música experimentando con instrumentos del Pacífico. “Hice primero el ritmo. Me gustó y me inspiré mucho”, explicó en alguna ocasión, reconociendo herencias del reguetón en la salsa choke, el ritmo que conquistó primero a los taxistas de Tumaco y luego se tomó discotecas y consolas de los DJ’s de Cali.
En esto, todos los músicos salsachokeros reconocen el papel divulgador de Tatiana Vargas, entonces jefa de prensa de la discoteca Changó de Juanchito. Fue ella quien llevó el nuevo ritmo a todos los programadores, bailaderos y emisoras de la capital del Valle.
Como ha ocurrido con casi todos los ritmos populares, que han surgido de los estratos más bajos, la ‘salsa choke’ sufrió al principio estigmatización por parte de las clases alta y media en la ciudad de Cali, pero, poco a poco, fue ganando popularidad en los salones de baile y, una vez abrazado su ‘Ras tas tas’ por la Selección de Armero, Cuadrado y James, ‘la Choke’, esa hija de la salsa, se convirtió en una de las músicas más colombianas de la actualidad. Buena por esa. Por fin, pueden decir los caleños que tienen música propia. Y la Selección Colombia, su baile.