Algunos aficionados al boxeo oriundos de Cartagena, la Heroica, pero residentes desde hace varios años en esta ciudad, nos dicen que el fuerte revés sufrido por Bernardo Carballo ante el campeón mundial gallo, años atrás, nunca le fue explicado suficientemente claro a la afición. ¿Por qué perdió Caraballo ante Éder Jofre por nocaut en el séptimo asalto?.
Fuimos a Bogotá en compañía del competente narrador de boxeo como de béisbol,Jaime Jiménez, y del fallecido y diestro comentarista boxístico como también de béisbol, Mike Schmulson. Los tres fuimos instalados en la zona técnica y acordamos distribuirnos equitativamente el minuto de descanso de cada uno, para hacer una presentación lo más idónea posible.
Quien esto escribe notó en el sexto round que Caraballo estaba al borde del nocaut, como así sucedió. Un pequeño pero fuerte cambio de golpes nos permitió observar la forma como Caraballo se dirigía a su esquina: se tambaleaba hacia el rincón en señal inequívoca que estaba fuertemente golpeado. Como en ese sexto asalto nos tocaba el minuto de descanso para comentar, nos la jugamos resueltamente (después supimos que el resto de comentaristas que estaban en Bogotá no dieron muestras de haber notado ese tambaleo de Caraballo. Y dijimos textualmente: “Señores, Caraballo está a las puertas del nocaut”.Hasta nuestros compañeros se sintieron sorprendidos por este aserto.
Dicho y hecho, Caraballo salió vacilante para el séptimo asalto, ya no empleaba su piernas para eludir golpes fuertes de su oponente, sin embargo se las arregló para lanzar un recto de derecha que Jofre simuló que lo había afectado, y medio se dobló para tenderle la trampa a Caraballo, este tragó del cuento y por primera vez resolvió atacar, que era lo que esperaba el campeón mundial.
Caraballo, que entra a intercambiar golpes, y sorpresa mayúscula que se lleva con izquierdas y derechas de Jofre castigándolo en los planos bajos. Ahí vino la debacle del colombiano. Agarró una derecha fuerte y cayó sentado con los ojos abiertos y sorprendidos. El réferi, Barney Ross, inició el conteo señalándole con los dedos a Caraballo la cuenta. A medida que ésta progresaba el público se desconcertaba, pues Caraballo no daba muestras de querer levantarse.
Los compañeros Schmulson y Jiménez nos cedieron el espacio que le correspondía a Mike para que aprovechara el pronóstico.
Ya a la distancia en que está ese combate en el tiempo, aseveramos lo que desde un principio dijimos al final del asalto: que Caraballo salía de su creencia, que Jofre sería superado por él, y al toparse en el ring con un púgil que boxeaba pilas y pegaba pilas, no era fácil de ganarle, y en el fondo desistió de seguir peleando para decepción de millones de colombianos.
Caraballo era un convencido que le ganaba fácil a Jofre, sin que nadie supiera en qué se basaba para ello. No observó la disciplina de un retador a un título mundial; tuvo que hacer tres pesajes para dar el peso y a final de cuentas, ni lo vio, pero el pesador oficial, Rodrigo Sánchez, aceptó que a Caraballo le faltaban dos onzas para las 118 libras, y fallo allí que el peso reglamentario se había dado, lo cual era rotundamente falso. Como un detalle demostrativo de su responsabilidad en sus condiciones de retador, Caraballo llegó al pesaje diciéndole en voz alta al padre de Jofre, quien estaba a nuestro lado en el acto: “oiga, viejo Jofre, hasta aquí llego su hijo”, convencido que sería el ganador.
Todo esto que hemos volcado aquí lo dijimos en ‘Diario del Caribe’, en donde laborábamos por aquel entonces. Mientras la nuestra era la única voz radial que revelaba el estado ‘pre-nocaut’ de Caraballo, se nos contaba al día siguiente que la totalidad de comentaristas estaban de romance con el optimismo, creyendo ilusamente que Caraballo estaba próximo a la victoria, saliendo de esa falsa ilusión con el conteo hasta diez del réferi Ross.
Caraballo fue un noqueado consciente, con sus ojos abiertos mirando las manos del réferi, y levantándose como un resorte,porque no disimuló su rendición apenas Ross llegó al final de la cuenta. Esta es la explicación que dimos en su oportunidad, y que hoy traemos a colación.