¿Qué es envejecer? No es fácil dar una definición sobre qué es el envejecimiento, aunque todos en forma intuitiva, ya sea por observarlo a nuestro alrededor o bien en nosotros mismos, tenemos conocimiento de este. Lo suele anunciar la flacidez y arrugas en el cuerpo y la ‘edad del cóndor’ con dolores por todos lados.
Es interesante diferenciar la edad cronológica de la biológica. La primera es la que tiene la persona en función del tiempo transcurrido desde el nacimiento, –o sea la edad en años– tiene más que todo un valor social que biológico; y la segunda es la que corresponde al estado de nuestros órganos.
Cuando vemos a alguien que parece más joven de su edad cronológica nos damos cuenta de que la gente no envejece igual. Influencias externas, tales como enfermedades, formas de vida, alimentación y otros factores, tienden a modificar el envejecimiento. Lo importante es llegar a las etapas finales de la vida en las mejores condiciones posibles, funcional, mental y socialmente.
Especialistas en salud y nutrición consideran que mejorando la alimentación, el hábito de la actividad física y manejando el estrés se podría lograr un envejecimiento sin depender de otros y de productos ‘milagrosos y rejuvenecedores’.
Paradójicamente, hay quienes todavía se rebelan a envejecer dignamente y se empeñan en vencer el paso dictatorial que marcan las agujas del reloj. De acuerdo con estudios psicológicos, los adultos entre 40 y 65 años comienzan a tenerle miedo a envejecer. Los hombres quieren conservar su fuerza muscular y vigor físico y las mujeres quieren mantener la belleza y apariencia juvenil. Recurren al mercado de productos y estrategias dirigidos a retardar los signos del envejecimiento, lucrativo negocio en el que la publicidad para vender esos productos inculca la idea de “lucir más jóvenes”. Los medios de comunicación promueven así la juventud y la belleza como grandes valores de la sociedad.
Pero, un remedio eficaz que obra milagros en la vida y que ayuda a envejecer dignamente es el de cultivar las amistades, hacer ejercicio en horas regulares, tener un proyecto, estudiar algo, viajar, etc. Sin el contacto con otros, los problemas pueden crecer, las enfermedades toman una nueva dimensión. Por mucho que a uno lo quieran o adoren, es mejor cuidarse uno mismo.
Como decía un poeta: “La vida en la tierra es un paso, el amor un espejismo, pero la amistad es un hilo de oro que solo se rompe con la muerte. La infancia pasa, la juventud la sigue, la vejez la reemplaza, la muerte la recoge. La más bella flor del mundo pierde su belleza, pero una amistad fiel dura para la eternidad. Vivir sin amigos es morir sin dejar recuerdos”.
Para que la dependencia no nos castigue preservemos la autonomía, comamos sano, escuchemos más, leamos más, caminemos, evitemos gente tóxica, oigamos más música, hagamos menos juicios y deleitémonos con más atardeceres y con los amigos…
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