Bryan Caplan, en su obra “El mito del votante racional: por qué las democracias eligen malas políticas”, publicada en 2007, desarrolla aún más el concepto de “irracionalidad racional” que desde años venía trabajando.

La obra se basa en la encuesta de estadounidenses y economistas, con el argumento de que los votantes han sesgado sistemáticamente creencias sobre muchos temas económicos importantes.

Caplan considera que la “irracionalidad racional” es una explicación del fracaso de la democracia. El libro fue revisado por la prensa estadounidense, entre otros por el Wall Street Journal, el New York Times, y el New Yorker.

También fue revisada en publicaciones de reconocida trayectoria académica, como el Journal of Libertarian Studies, Public Choice, Libertarian Papers, y The Independent Review.

Para algunos críticos su teoría se ha visto confirmada por la elección de Trump en las presidenciales. Caplan considera que la noción teórica que explica el comportamiento del elector como una persona racional, en los que la sociedad puede confiar para elegir bien, no está comprobada.

Por el contrario, desde su teoría de la “irracionalidad racional” el elector es totalmente irracional en lo político, con ideas totalmente sesgadas en los siguientes temas económicos. Sesgo de crear trabajo.

Se refiere al sesgo de crear trabajo como “la tendencia a subestimar los beneficios económicos de conservar el trabajo.” Caplan reclama que existe una tendencia a igualar el crecimiento económico con la creación de empleo.

No obstante, esto no es necesariamente cierto, dado que el verdadero crecimiento económico es un producto de aumentos de la productividad del trabajo. Sesgo anti-extranjero. Este sesgo anti-extranjero consiste en “la tendencia de subestimar los beneficios económicos de la interacción con países extranjeros.”. Las personas ven sistemáticamente como adverso establecer el libre comercio.

Sesgo pesimista. Hace referencia al sesgo pesimista como “la tendencia a sobreestimar la severidad de los problemas económicos y subestimar el pasado, presente y futuro del desempeño de la economía.”.

El público generalmente percibe que las condiciones económicas siempre están decayendo. Sesgo anti-mercado. Es el sesgo entendido como “la tendencia a subestimar los beneficios del mecanismo del mercado.”

El pueblo tiende a verse como víctimas del mercado, más que participante de él. La teoría de “irracionalidad racional” del votante es un desafío a la teoría del Votante Racional o Económica, en la cual los votantes son vistos como racionales. Caplan, enfatiza que el fracaso democrático existe y coloca la culpa en el público general por votar irracionalmente.