Es posible que nunca sepamos que ocurre el interior de los equipos del fútbol profesional. Antes, los “códigos” eran sagrados y difícilmente se podía enterar uno, por vía de unos de los jugadores, si algo pasaba. Ahora, es menos secreto si un camerino está unido o reventado. Digo porque los entrenamientos son cubiertos por una treintena de periodistas que a veces se frustran por alguna falta de información pero que, de cuando en cuando, se enteran de cosas que pasan al interior. No obstante, aprendí a ver si un equipo está cohesionado o no. Con solo mirar el festejo de un gol, por ejemplo, se puede ver. Si todos festejan, si Pedro felicita a Andrés o se queda al margen, si el festejo es entre jugadores o van a abrazar al técnico y hasta la cara de alguien o de algunos cuando se produce un gol a favor o en contra.
También cuando en los entrenamientos se forman los grupos o cuando en las redes sociales, que ocupan parte del tiempo de los jugadores, se puede interpretar si el grupo de jugadores de un equipo está sólido o si hay grupitos.
Aprendí, también, a interpretar los gestos de los técnicos y los jugadores. Hace poco escribí sobre la cara del técnico del Junior Alexis Mendoza. En los partidos, en las ruedas de prensa, evidentemente ha denotado angustia, insatisfacción. Ha sufrido por los partidos comenzando por la derrota ante Palmeiras aunque mucho antes, en el torneo colombiano, ya la mostraba.
Ante Palmeiras, después de la expulsión de Germán Gutiérrez, se puso las manos en la cabeza y duró así un rato que pareció eterno. Son reacciones que se convierten en mensajes para la hinchada o para el técnico del otro equipo.
O cuando terminó el partido vs. Medellín que se apoyó en el techito del camerino con la cabeza entre las manos. El AT Carlos Araújo se le acercó y le dijo algo así como “ya pasó, ya terminó”.
Lo cierto es que los gestos de Alexis aún no han sido de alegría, de satisfacción, de esto va bien, de estamos creciendo. Su mejor satisfacción de los cinco partidos de Liga y cinco partidos de Copa fue el domingo en Medellín después del juego ante el DIM.
Le apostó al jugador que desdeñó ante Palmeiras y le salió. Luis Carlos Ruiz le abrió la puerta de la victoria ante el DIM. Sin duda ha sido el de mejor rendimiento. Regresó al mello Murillo y a Gutiérrez a los laterales y le dio resultado. Los tres volantes y los tres delanteros le funcionaron y el ChaTeo también. En fin, estaba vez se equivocó menos y los jugadores rindieron más.
Hay gestos que delatan el interior de los equipos. Después de la humillante derrota ante Palmeiras llegó el fresquito ante el DIM. Ojalá ese fresquito le traiga el acierto a Mendoza en la conformación de sus alineaciones y en el rendimiento de sus jugadores. Que no es Mendoza solo...