La película que relata los años de juventud del autor de El manifiesto comunista comienza con una escena de ataque a campesinos por parte de los soldados, mientras Karl Marx va recitando uno de sus tratados que usualmente publica en un periódico liberal en Colonia en 1843, donde el ejército también interviene para cerrar la publicación.

Poco después pasamos a Manchester, Inglaterra, donde Mary Burns (Hannah Steele) confronta a un patrón en una fábrica y se retira del trabajo. Es bajo esas circunstancias como conoce a Frederich Engels (Stephan Konarse), quien rompiendo con su tradicional familia burguesa, decide arriesgarse a entrar a un bar donde los obreros irlandeses se reúnen para conseguir testimonios que sustenten sus teorías.

El joven Karl Marx está dirigida por el cineasta haitiano Raoul Peck conocido por I am not your negro (2016), una mejor película donde recrea las palabras de James Baldwin, otra voz defensora de ideales e igualdad social. Pero si bien en este caso la imagen del protagonista se ajusta a las expectativas del espectador, tal vez la representación de August Diehl como Karl Marx resulta en ocasiones superficial y predecible.

Sin embargo el biopic, que se estrenó en el Festival de Berlín, permite repasar un momento histórico trascendental, donde el director se toma la libertad de presentar una perspectiva humana del personaje, mezclada con altas dosis de discusiones políticas que fueron sentando las bases para su obra final.

Es así como vemos a Marx exilado en París, viviendo con su esposa Jenny von Westphalen (Vicky Krieps) y su hija, pasando dificultades económicas, pero vinculado a los círculos intelectuales donde se discuten ideas que darían forma a un nuevo pensamiento. Sin profundizar mucho, se tocan las contradicciones inherentes entre cumplir con los requerimientos de la familia por un lado, y la lucha por los ideales por el otro.

El filme recrea momentos significativos como el primer encuentro con Engels en París, quien a los 25 años ya había publicado estudios sociológicos de trascendencia, respaldado por Mary Burns, con quien se casaría mas adelante. Con ellos, Marx pasaría problemas de censura y represión política.

Pero es evidente que sus prioridades no se cuestionan, y cuando es expulsado de Francia viaja a Londres, donde nuevamente se encuentra con Engels y se une a la Liga de los Justos, una hermandad socialista que a raíz de la discrepancia con las teorías de Jean-Joseph Proudhon (Olivier Gourmet) se convierte en la Liga Comunista.

Basada en el guión de Peck y Pascal Bonitzer, la cinta nos ubica en la sociedad europea del siglo XIX cuando las discusiones ideológicas buscaban una alternativa al capitalismo creciente y las ilusiones de justicia e igualdad representaban una verdadera esperanza. En dichas confrontaciones aparecen personajes históricos que aportan a la discusión y a la evaluación de una situación que hasta el día de hoy permanece vigente.