Era increíble ver como el ‘Pibe’ Valderrama se tomaba todo el tiempo para elaborar la mejor jugada. La paciencia con la que iba dirigiendo el itinerario del viaje del balón de un sector a otro, de un pie a otro, hasta culminar con su famoso pase gol.
Era maravilloso ver como Iván Valenciano no se impacientaba, no hacia un movimiento extra, solo esperaba. Era un convencido de que su serena y perfecta ejecución bastaba para que el balón, así él lo tocara pocas veces, iba a encontrarse con la red.
No fue la velocidad, mucho menos el desespero, lo que identificó su fútbol, sí en cambio la paciencia para comprender cada situación que el partido planteaba y decidir, casi siempre, por la mejor solución, uno desde la organización y el otro desde la finalización.
Me llama la atención que, ahora como opinadores no han tenido esa misma paciencia a la hora de evaluar el desempeño de Alexis Mendoza como técnico de Junior. Después de la caída 3-0 ante Envigado, los dos ídolos no matizaron con análisis sino que directamente proclamaron una lapidaria consigna: Mendoza no debe seguir siendo el técnico del Junior (como jugadores decían que los técnicos no jugaban, que eran ellos los que hacían o botaban los goles en momentos difíciles para el técnico).
Ya sabemos que, así como el ser humano es consciente de su finitud en este mundo terrenal, los técnicos de fútbol saben que su destino final es salir del equipo. Tarde o temprano. “Tenemos las maletas en la puerta”, es la frase preferida de ellos, como una suerte de resignación o de realidad asumida, por más macabra que parezca.
De hecho, en lo referente al Junior de Alexis he comentado, en este y otros medios, que no ha sido consistente, que me gusta poco su funcionamiento, reconociéndole que ha logrado por momentos jugar bien, pero sin la regularidad que exige la alta competencia. Pero de ahí a pedir que debe abandonar su cargo como técnico del Junior hay una abismal distancia.
Y una evaluación parcial: tiene dos meses de competencia y en ese periodo superó dos fases de Copa Libertadores y hasta el miércoles estaba a tres puntos de alcanzar en el liderato de la Liga. Dos ópticas diferentes: la del ‘Pibe’ y Valenciano, que aprueban la eutanasia deportiva para Alexis y la mía que considero que aún no está en fase terminal.
Pero, bueno, no nos hagamos problemas, no será mi aleatoria opinión, ni la que baja del pedestal de los ídolos, las que definirán el futuro de Mendoza. Solo los resultados y la decisión de los dueños están autorizados a desconectarlo, o no.