El Boulevard Sur o Carrera 58 parece estar condenado a que tumben, talen, o maten a sus ejemplares arbóreos más antiguos. Hace un par de años, la CRA, talo de raíz, el gran samán de la India, centenario, con 10 metros de altura. Altura perfecta para amainar los calores del cambio climático. Hace un par de días una araucaria, centenaria de cinco pisos de alto, que nació y vivió en el patio de la antigua casa republicana de los Carbonell González, fue talada de raíz y botaron sus restos al jardín exterior como para que todos lo vieran. Aquí funciona una escuela de gastronomía, buena para la gente y mala para los árboles, sin los cuales la gente no podrá vivir.
En la carrera 56, entre las calles 70 y 72, es un alivio ver las enormes y centenarias bongas, verdes y limpias, con su franja blanca de protección. En silencio, doy gracias al Dr. Jaramillo, y ruego que traslade su atención al Boulevard 58, y ataje las intenciones de los nuevos propietarios, antes de que acaben con las filas de “lluvia de oro” que todavía nos protegen de los ardientes soles del monstruo climático.
El campus de la Universidad del Norte, cambio de aspecto, durante la presentación de la Cátedra Europa. De repente se llenó de cabezas blancas y ojos azules de los holandeses, australianos, italianos, franceses, norteamericanos, ingleses y españoles que llegaron a participar y a intercambiar filosofías y sabiduría. El sector dedicado al Homenaje al Maestro Jacques Gilard, dirigido por la Dra. Teresa Quesada de la U. de Poitiers y de Uninorte, no se limitó a organizar conferencias y foros (La Langosta Azul) sino que presentó una Exposición con fotografías del entorno del Maestro Gilard, cuando vivió entre nosotros. Hizo los honores Celine Gilard, hispanista y latinista de la U. de Poitiers y Toulouse, con un interesante comentario sobre la vida de Jacques Gilard y su obra. El Maestro Gilard, fue un investigador incansable de la literatura costeña particularmente de Gabriel García Márquez y Álvaro Cepeda Samudio. Hizo el análisis y la compilación de los trabajos periodísticos La Jirafa, y En el margen de la ruta, de ambos escritores. La exposición permanecerá abierta hasta fines de abril en la Galería Mapuka de Uninorte.
Qué nos pasa a los barranquilleros como ciudadanos, que no protestamos por los ataques a la arborización ni al deterioro de los centros culturales, como Bellas Artes, patrimonio republicano. Es lamentable la desidia de las autoridades, pero más lamentable es la desidia de los barranquilleros, que permanecen impávidos ante el desastre.
El Teatro Amira de la Rosa está cerrado hace más de un año. El Banco de la República libró con éxito la batalla para recuperar su territorio, primer paso en la restauración de su propiedad. Esperemos que siga por ese camino.
El artículo sobre La Perla, publicado en marzo 18, tiene algunas imprecisiones que quisiera comentar con la autoridad que recibí de los 10 años que vivimos en el segundo piso Álvaro Cepeda Samudio y su esposa Teresa de Cepeda, periodista desde 1961, y sus hijos Patricia y Pablo. En el tercer piso vivió el pintor Alejandro Obregón y su esposa, la pintora inglesa Freda de Obregón y su hijo Mateo. Hay que ser incluyente con los nombres de la mujeres, dice Florence Thomas, sino no existimos. En el tercer piso vivió Franklyn Zaydman y su esposa Elsy, y sus hijos Franklyn y Susie. Zaydman era un conocido fabricante de perfumes, el famoso Jean Marie Farina, entre ellos. En La Perla se escribieron Los Cuentos de Juana, inspirados en las lechuzas que volaban de las palmeras de Bellas Artes y entraban por el balcón abierto y salían por las ventanas traseras. La casa grande fue escrita mucho antes de 1956| 1961. Cuando nos mudamos en 1969|1970 cedimos el apartamento al escritor Julio Roca, entonces coeditor del Diario del Caribe junto a Álvaro Cepeda Samudio.
Nunca convertimos nuestra casa en antro de fiestas, para eso estaba La Cueva. El verdadero tesoro de La Perla es el entierro de lingotes de oro que hizo José Mouradian, hermano de Susana, esposa de Elías Afflack, dueño de La Perla original, y heredero de la fortuna de su hermana.