Llegó el mes de abril y el segundo debate presidencial ocurrió en la región Caribe.
Un público emocionado: lleno de aplausos, gritos y hasta abucheos amenizó el ambiente. La adrenalina se sentía en el recinto. Más que un debate presidencial parecía un concierto musical o cualquier final de la Selección Colombia. La pasión caribeña contagió a los candidatos quienes –con el pasar del tiempo– dejaron de posar, fueron más genuinos y humanos. Vimos a un De la Calle que sorprendió con su vehemencia. Un Vargas Lleras que trató de hacer chistes y hasta sonrió. Un Petro que enloqueció al público con su oratoria. Un Fajardo que nos recuerda al profesor más querido. Y un Duque que intentó defenderse, no titubeó pero brilló por su inexperiencia.
La corrupción fue uno de los temas destacados en el debate, uno de los problemas más evidentes del país. Aunque todos se mantienen firmes en la lucha contra la corrupción, es inevitable asociar a Vargas Lleras con Cambio Radical y el Partido de la U, a Duque con el Centro Democrático y el Partido Conservador, a De la Calle con el Partido Liberal. Partidos que han estado involucrados en los escándalos más bochornosos de los últimos años. Fajardo y la Coalición Colombia son abanderados en el tema y los más coherentes.
El medioambiente no era prioridad en el panorama nacional. Sin embargo, es uno de los puntos más notorios en las propuestas de Petro. Él ha basado su plan de gobierno en el cambio climático, hasta volverlo tema central en esta contienda electoral. Tanto así, que todos los candidatos empiezan a hablar de energías limpias, del fracking y de la protección de los ecosistemas. El problema es que no todos son congruentes. Candidatos como Duque y Vargas Lleras no descartan la técnica del fracking, sumamente peligrosa a largo plazo. Hasta hace pocos meses preocupaba muy poco el medioambiente. Lo importante es que hoy comienza a ser protagonista. La conciencia por el futuro y la vida se despierta no sólo en jóvenes, también en adultos. Hipócritamente o no, los candidatos están hablando del tema. Punto positivo para Petro.
El Acuerdo de Paz fue otro de los temas que resaltaron en el debate. De la Calle demostró que es el candidato de la paz: un estadista y el más experimentado de los aspirantes a la presidencia. Los demás se mantienen firmes en defender el Acuerdo. El único que está en contra y quiere modificarlo es Duque. Vale recordar que Vargas Lleras ha sido ambiguo en este punto. Hizo parte del gobierno de Santos y apoyó el Acuerdo. Luego, se alejó del Gobierno y afirmó estar en contra. Ahora, vuelve a decir que lo respetará. Su postura es oportunista e incoherente.
La realidad es que todos los candidatos –con sus pros y sus contras– han gobernado y tienen trayectoria política. Duque intenta destacarse. El problema radica en que su inexperiencia es notoria. Todos se fueron contra él. Trató de pilotearla pero no lo logró. Desconcierta su repentino cambio de pensamiento. En este momento, se acerca más a Ordóñez que al joven con ideas propias en el Senado. La experiencia no se improvisa y todavía le queda un largo camino por recorrer.
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