El exitoso técnico Diego Simeone, ante la pregunta de un periodista con relación al golazo de chilena de Cristiano Ronaldo, no respondió sino que le repreguntó al periodista si había visto uno, también de chilena, que en los años ochenta convirtió el gran jugador uruguayo Enzo Francescoli.
Un esguince innecesario de Simeone, una descortesía, no con el periodista y tampoco con CR7 sino con el fútbol, porque un personaje del fútbol actual como lo es Simeone, que se ha ganado un sitial de privilegio tiene, aunque no lo sepa o no lo quiera, el compromiso de defender el fútbol en todas sus áreas, y el golazo de CR7 es, en sí mismo, uno de los lados más bellos de este deporte, que valía la pena ponderar.
Quizá, él suponía que elogiar una acción tan hermosa y espectacular de uno de los integrantes del rival de ciudad se tomaría, por su talante de ‘duro’ en el mundo del fútbol, como una debilidad estratégica a tres días del clásico frente al Real Madrid.
Estoy convencido de que este hecho se diluirá como una simple anécdota y no le restará un ápice a la estupenda trayectoria del entrenador argentino, pero lamento, como un anónimo hincha del fútbol, que un valioso actor de este juego, como Simeone, no le hiciera un eco cariñoso a una jugada que enaltece las formas más estéticas del fútbol.
Después de este ‘silencioso’ y fútil reproche, me voy al terreno de juego. Las estadísticas del partido del Barcelona y Roma de cuartos de final de la Champions League arrojaron que entre Iniesta y Rakitic, volantes del equipo catalán, recuperaron 17 balones, siendo los más efectivos en ese ítem.
Sí, dos exquisitos y creativos jugadores para sustraerle la pelota al rival. En un fútbol donde la mayoría de los equipos se acercan, día a día, a fundir las dos fases, atacar y defender, en una sola, con jugadores de calidad, técnicos y que comprenden el juego, en nuestro medio, aun, se marcan con énfasis las especializaciones. Todavía no están convencidos, gran cantidad de técnicos, hinchas y periodistas, de aquella simultaneidad de funciones en uno solo.
Acá, todavía, genera más seguridad ver en la alineación un especialista para cada tarea: volantes de marca para defender, volantes ‘diez’ para organizar. Creo que es hora de que desde los sectores formativos se modifique esa mentalidad y así empezar a surtir al fútbol con jugadores integrales, con elevada calidad técnico-táctica y capacidad de recuperación. Que conozcan y ejecuten con responsabilidad las tareas en ambas fases del juego. Y les eliminen los ‘caprichitos’ a los que mejor juegan con el balón: un video de Iniesta serviría.