El hermoso estadio de béisbol que ya está próximo a inaugurarse es un aporte valiosísimo y a la vez un compromiso formal para que ese estadio albergue un béisbol digno de su estructura, nada parecido al beisbolito ‘bicho verde’ que se ha venido jugando en varias plazas de la costa atlántica. De este estadio se ha dicho que tiene una calidad AA con lo cual discrepamos nosotros.
Los estadios calificados así, de AA en los Estados Unidos no revisten mayor calidad arquitectónica. Algo más: estadios en los que juegan béisbol de Grandes Ligas acusan ciertas deficiencias que hoy por hoy no vamos a señalar.
Recordamos en los años 40 y 50 cuando se jugaba béisbol de Grandes Ligas en el estadio de Washington, refugio de Los Senadores. Tenía tantas deficiencias que solo vamos a señalar una protuberante: cuando se bateaba un foul, este salía raudo hacia un sector de las gradas principales, hasta el extremo de golpear a varios espectadores.
Cuando gobernaba el presidente Truman, quien era un amante del béisbol, Los Senadores ponían delante de él, para evitar que fuera golpeado, un pelotero manilla en mano. Otro estadio lleno de defectos era el de los Dodgers de Brooklyn, pero eso sí era un recinto toreado de Grandes Ligas.
La entrega del nuevo estadio, que ya reúne una fuerte discusión pública entre autoridades y público, respaldado por historiadores beisboleros que defienden el nombre preclaro (apodado en Cartagena ‘El hombre team’, porque jugaba, y bien jugadas, las nueve posiciones del béisbol) han de demandar, repetimos un excelente béisbol profesional, que es el que vemos bastante dificultoso.
Y a propósito de Tomas Arrieta –el primer jugador que llevó su nombre a un estadio en Colombia– hay una pregunta que flota en el ambiente: ¿qué pasará con el pelotero que la admiración publica bautizo con su nombre un estadio y lo dinamitaron como parte de una campaña para que su nombre sea olvidado?
Algo más: el béisbol amateur ahora mismo no tiene un estadio. El que se está terminando en estos momentos, no será facilitado al béisbol amateur, esto conforma un perfecto despojo, porque los fondos públicos con los cuales se construyen esos estadios, su destinación es absolutamente amateur, esto es, el derecho de los amateur a ocupar ese estadio, es incuestionable.
Sépanlo así las autoridades.