¡La NBA arde! Las finales de conferencia —Este y Oeste— están para alquilar balcón. Las cuatro franquicias más fuertes chocan en dos series extremadamente parejas, y donde hay muchas cuentas pendientes.
De un lado, los Houston Rockets tendrán la dura —¡durísima!— misión de destronar a los casi que invencibles Golden States Warriors (actuales campeones), que vuelven a partir como los grandes favoritos al título de la mano de Stephen Curry, Kevin Durant, Draimond Green y Klay Thompson.
Ambas franquicias vuelven a verse las caras en una final de conferencia, luego de haberse enfrentado en 2015 y 2016, donde el equipo de Curry se impuso (4-1) en ambas ocasiones.
En esta oportunidad se visualiza una final más pareja y mucho más candente. Los Rockets, liderados por ‘la Barba’ James Harden y Chris Paul, dominaron la serie particular 2-1, en el actual curso, además, cuentan con la ventaja de la localía, por lo que el choque comenzará en Houston.
Los dos quintetos fueron los que sumaron más victorias durante la temporada regular —Rockets con 65 (récord en la NBA) y Warriors con 58—, lo que añade mucho más morbo a una final donde seguramente saltarán chispas.
Los Warriors parten, una vez más, como favoritos para quedarse con el banderín. En estas instancias la experiencia pesa y Curry, Durant, Green y compañía tienen la sangre fría para marcar diferencia.
Pero si por un lado llueve, por el otro no escampa. Los Cavaliers, que llegan reforzados luego de arrollar a los temibles Raptors, se medirán a unos Celtics luchadores, que han sabido salir adelante a pesar del infortunio de las lesiones (tienen bajas como Irving, su armador estrella, Hayward, Theis y el último, Shane Larkin).
Boston ha demostrado que no depende de sus estrellas y ha encontrado en Jayson Tatum, Terry Rozier y Al Horford un tridente de lujo para pelear contra el que sea.
El tema es que ahora al frente no estará el ‘que sea’, sino nada más y nada menos que LeBron James, que llega intratable.
La presencia del Rey marca demasiada diferencia y ahí parte la ventaja de Cleveland en la serie. Si LeBron juega como en la cruce ante los Raptors, la verdad, hay poco que hacer.