Apareció César Luis Menotti en un medio argentino entregando unas declaraciones, no digo flamígeras, pero sí urticantes para un sector del periodismo deportivo, en particular para comentaristas de fútbol.
En su alocución, entretejida por reflexiones que Menotti siempre, no ahora, ha esgrimido sobre el papel de los periodistas en el fútbol, les reclama a los comentaristas, particularmente a los jóvenes, su imprudencia y su soberbia a la hora de opinar.
“Nunca han jugado al fútbol y agreden y ofenden, yo hubiera hecho el cambio así... pero quién sos vos, vos no vas hacer el cambio, porque vos no sos entrenador”, fue una de las frases del DT campeón mundial en 1978.
Y continuó, con puntiagudo verbo, así: “El penal yo lo hubiera tirado… no, vos no lo vas a tirar nunca, porque vos nunca vas a entrar a la cancha de Boca a tirar un penal, porque no vas a jugar nunca, sé prudente”.
Más allá del punto de arrogancia que también expele de las declaraciones de este prestante técnico (el tonito para descalificar al que opina y no ha jugado), palabra atildada y muy escuchada en el ámbito del fútbol, cierto es que hay algunos comentaristas que alcanzan el irrespeto en sus críticas a equipos, jugadores y técnicos, por prepotencia, mala fe, afanes propagandísticos o desconocimiento.
Comparto con Menotti que la prudencia es buena consejera, sobre todo en el fútbol, un juego lleno de variables, de acciones mudables, pero estoy convencido de que el que comenta un partido tiene derecho a opinar, a sentar una posición, siempre con el respeto como marco, el conocimiento como soporte y la humildad para aceptar que esa, su opinión, puede estar errada y no es necesariamente la verdad. Porque, Menotti, cuando se está comentando para un medio de comunicación, el exceso de prudencia puede resultar tan negativo como la imprudencia.
Creo, además, que esto no solo debe ser obligatorio en los periodistas, sino también para aquellos que vivimos la experiencia de estar dentro del terreno y actualmente estamos al frente de un micrófono. Ayer jugando, hoy comentando.
Al respecto, muchas veces he dicho que no creo que solo aquel que ha jugado tiene el acervo para dictar cátedra sobre fútbol, porque las habilidades para configurar una opinión, un análisis, no están subordinadas a las experiencias, sino a los argumentos. Y he visto, y escuchado, que la zafiedad no está únicamente en algunos periodistas, sino en algunos ex. Afortunadamente hay, en ambos espacios, muy buenos representantes que saben combinar alrededor de su opinión el conocimiento, el buen hablar y el respeto.