El combate de boxeo más desproporcionado que se ha visto en Colombia lo montó una vez un comerciante que no tenía la menor relación con el deporte del boxeo, y por lo mismo no se le ocurrió otra cosa que montar una pelea entre un peso Welter y un peso completo.
Arregló las cosas para que pelearan en el teatro Colombia Gerónimo Triviño (alias Caimán del Sinú) y un peso Welter cubano de larga actividad en Barranquilla cuyo nombre se lo estaremos debiendo en la medida en que esta crónica avance. Había entre los dos cincuenta libras de diferencia: el cubano pesaba 145 libras y el criollo, Caimán del Sinú 195.
El cubano anónimo hasta ahora era un boxeador defensivo de gran clase. Por ponerle una comparación Muhammad Alí, en el role de menos peso, habría pegado a correr por todo el ring por la desproporción física que había entre los dos, pero este cubano no le corría a nadie y en todo momento trató siempre de neutralizar o bloquear los golpes del Caimán del Sinú, no de salir corriendo por todo el ring.
El cubano, maestro defensivo como ya dijimos, “pasaba” los viajazos del Caimán y contragolpeaba a sus anchas al adversario. Sin embargo, cogía golpes como era natural y las consecuencias de las cincuenta libras de diferencia pudieron verse al final del combate.
No lo decimos por el gusto de especular con la diferencia de peso, pero aquella noche en el teatro Colombia y en el camerino del cubano se dijo que éste había arrojado sangre producto de fuertes golpes del Caimán.
¿Cómo pudo permitirse tan desproporcionada pelea como esta? No hemos podido saberlo porque éramos entonces un aficionado de escasos 18 años que asistió al espectáculo y no estaba en condiciones de verificar lo que se decía.
Al día siguiente de este combate tan criticado, el cubano salió a Panamá donde tenía una oferta para pelear allá. Lo cierto de esto es que el cubano tuvo frente a un panameño una pelea durísima. Y cuál no sería la sorpresa tan grande que surgió después de esta pelea que los diarios de Barranquilla dieron cuenta del fallecimiento en panamá del púgil cubano. La prensa culpaba a quienes gestaron la pelea anterior contra el Caimán del Sinú, y no responsabilizaban al boxeador panameño que le había ganado al cubano.
Esto provocó la intervención de las autoridades municipales, que prácticamente “limpiaron” a los miembros de la comisión de boxeo, reemplazándolos con otros directivos a manera de una sanción por las cincuenta libras de diferencia que hubo entre el púgil fallecido y el Caimán del Sinú. Y no digamos más, que más no necesita explicación.