Aparecieron imágenes –escenarios y eventos preliminares– de lo que serán los Juegos Centroamericanos y del Caribe que se iniciarán el próximo jueves. Desde Daniel Noguera, director de los Juegos, recibiendo en México la llama Olímpica, hasta el recorrido de esta hasta Barranquilla –un buque de la Armada la trajo hasta el recién inaugurado Malecón donde el alcalde Álex Char la recibió–.

Pero detrás de tan bacanas fotos hay un colosal esfuerzo que comenzó en 2014 en Veracruz, donde Odecabe definía la sede a la que aspiraban Puerto La Cruz (Venezuela), y Ciudad de Panamá, cada una exhibiendo las ventajas ofrecidas. Indispensable presentar en la reunión un excelente portafolio, documento que debía vendernos como destino ideal de los Juegos. Nuestra comitiva fue impactante: todos de blanco, con sombrero vueltiao, sobresalían como el amarillo en Rusia. No faltó nadie. Además de la alcaldesa y los alcaldes del área metropolitana, el director de esta y el presidente del Concejo, estuvieron representados el gobernador, todos los medios locales, todos los gremios de la ciudad, la banca nacional, medallistas, deportistas, el Comité Olímpico, todos a una empujando el carro. Es justo mencionarlo, llevaron una carta de apoyo del presidente Santos, porque la sede, independiente de la ciudad, debe aceptarla el país. Una anécdota es que una vez allá se enteraron del peso de las Islas del Caribe, que enviaron jurados gringos; corrieron a traducir el portafolio y lo presentaron también en inglés, cosa que encantó. Triunfaron y se trajeron la sede.

Había que ofrecer la ciudad, no solo deportivamente brindando los mejores escenarios, sino institucionalmente mostrando una ciudad pujante, merecedora de ser visitada. Además, se tenía que preparar a nuestros deportistas para que hicieran un decoroso papel. La tarea era titánica, pero Álex asumió el reto, Verano apoyó, y ahí está cumplida. El aporte nacional más que en billetes, que estuvo mezquino, fue a través de Clara Luz Roldán, directora de Coldeportes, quien se puso la camiseta. Ovación para todos.

Coletilla futbolera: Bacano que la Selección despierte emociones y aglutine a este polarizado país, aunque sea por solo un mes. Chévere recibimiento, pero nos pasamos de piña, pues no ganamos nada. Paradójicamente este año se festejó más que hace cuatro, cuando nos fue mejor en las eliminatorias, hicimos mejor papel en la Copa Mundo e impusimos un estilo de juego al cual esta vez no fuimos muy fieles. No es que vayamos en reversa, ni tampoco que perdimos nada, pues vamos paso a paso logrando jerarquía, que no es más que confianza en lo que tenemos, cosa que hemos venido adquiriendo con Pékerman, así que ni hablar de cambiarlo, interrumpiríamos un proceso que pinta exitoso, sin mencionar la rebatiña que se armaría, las pugnas en las roscas paisas, los corretajes de jugadores, y otros males que bastante trabajo costó superar. Suramérica tiene que evolucionar, que no es colocando más jugadores allá, sino mejorando (menos mal Perdomo salió) la competición en nuestras propias ligas.

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