Las compañías de seguros son empresas comerciales que juegan al riesgo con sus asegurados, ya sean públicos o privados, sobre la base de que las probabilidades de siniestros y daños en general sean bajas.
Por eso llama la atención que el proyecto Hidroituango, que sufrió en abril pasado una grave emergencia en la etapa de construcción, estuviera protegido plenamente por grandes firmas internacionales de seguros, por un valor de 2.550 millones de dólares, como lo manifestó el gerente de las Empresas Públicas Municipales de Medellín (EPM), en sus primeras declaraciones sobre este gran vertimiento accidental que inundó los pueblos que quedan aguas abajo en el mismo río Cauca, afectando a sus habitantes.
No se conoce el costo de la actual contingencia y su posible suministro futuro de energía para toda Colombia, pero sí se sabe que este proyecto de gran envergadura venía estudiándose desde hacía muchos años, y existen pruebas de que sus estudios de ingeniería fueron los que convencieron, no solo a las prestigiosas aseguradoras sino al Gobierno nacional para su aprobación.
En agosto de 2015, por ejemplo, las EPM presentaron a la sociedad de ingenieros de Antioquia un resumen de sus estudios y cálculos probabilísticos, en donde consideraron muchos aspectos, entre ellos: las características del cañón del río Cauca en ese sector de Antioquia, su perfil de meteorización, su marco tectónico, las posibilidades de deslizamiento del sistema montañoso, las características técnicas del proyecto, el esquema de diseño ingenieril y del trabajo de construcción y pruebas, que se desarrollarían hasta el año 2020.
Pero, como dice el refrán, “del dicho al hecho hay mucho trecho”, y esto lo reconoció, por su alta experiencia, un experto en recursos hidráulicos de Colorado State University, quien advirtió oportunamente que en obras del tamaño de Hidroituango intervienen diferentes estructuras civiles complejas y estas deben ajustarse a las condiciones del terreno que se van presentando durante la ejecución del proyecto y, ante los comportamientos geológicos (continúa el experto), no se puede establecer una seguridad total de proyectos complejos, aun con la existencia de estudios detallados de suelos, geología e hidrología.
No obstante que los directivos de EPM manifestaron que nunca antes un proceso de construcción de una hidroeléctrica en Colombia había sido supervisado hasta en los mínimos detalles, la construcción de esta represa es ya el mayor desastre socioambiental producido por una obra de ingeniería en Colombia, como se evidencia en el sufrimiento y la incertidumbre que enfrentaron miles de pobladores que habitan aguas abajo, así como los trabajadores que expusieron sus vidas para evitar lo que podría llegar a ser una tragedia. Un concepto expresado posteriormente por el geólogo Osvaldo Ordoñez, manifestó que los túneles principales de desagüe fueron tapados porque estaban mal hechos. Uno de ellos colapsó en un proceso de succión y generó este peligroso y gran vertimiento. Posteriormente se conoció un reporte técnico preliminar de la ONU en el que se indicaba que, debido a este taponamiento, la presa de Hidroituango estaba en riesgo.