Los sistemas democráticos como el colombiano tienen su máxima expresión de legitimidad en procesos eleccionarios. ¿Cuándo un Estado es Democrático? La respuesta a esta cuestión es fundamental para entender la dimensión del sistema de gobierno democrático, imperfecto para unos y el mejor para otros, en tanto la sociedad elige por el voto directo y secreto de sus asociados, a su propio gobierno y corporaciones políticas. Existen por lo menos cinco características fundamentales que le dan legitimidad a los sistemas democráticos:

1.- Elecciones periódicas: La legitimación del propio sistema democrático como de sus autoridades, exclusivamente solo es posible a través de elecciones previamente convocadas por períodos predeterminados.

2.- El poder político es legalmente ejercido únicamente por quienes lo obtienen con sujeción a parámetros legales, por medio del voto: universal, libre y secreto.

3.- Adopción de un sistema de elecciones, en el cual se ponderan las mayorías y se protege especialmente a las minorías electorales.

4.- Estructuración de un sistema de frenos y contra pesos “Checks and Balance”, entre los poderes públicos.

5.- Implementación de un estatuto de la oposición, tendiente a ejercer un control directo sobre el ejecutivo. De tal suerte, que las elecciones como factor de la democracia, permiten: a.- Establecer representación; b.- Seleccionar un gobierno; y, c.- Producir legitimidad. Por ello, la legitimidad es la esencia del sistema democrático. Es decir, el consentimiento de la mayoría de la ciudadanía para el ejercicio de los actos de gobierno.

La legitimidad es el elemento jurídicamente vinculante que determina a quién se le debe reconocer el derecho de gobernar, toda vez que se constituye en aspecto estructural del sistema democrático, cuya médula son los procesos electorales. Entonces, las elecciones permiten entre otros aspectos centrales de los sistemas democráticos: estructurar el sistema social; estructurar el sistema político y estructurar el sistema de partidos.

Sin embargo, no todas las elecciones dan legitimidad a la democracia, existen “Estados Totalitarios”, que en apariencia por intermedio de la manipulación de lecciones, justifican la tiranía gobernante. Es por ello, que los procesos eleccionarios deben estar dirigidos a garantizar que el voto sea: universal, libre y secreto. Además, es indispensable que exista una generalizada percepción de transparencia tanto del proceso electoral en sí mismo como de sus resultados. Siendo así, las resultas son aceptadas por los diversos actores internos del sistema democrático y por los miembros de la comunidad internacional.