Existen universalmente tres teorías que explican el por qué las personas votan: la Sociológica, la Psicológica y la Racional.

La teoría racional fue desarrollada por la Escuela de Columbia, su estudio principal tuvo en 1944 por objeto abordar qué tenían en mente los estadunidenses para la elección de su presidente.

Además, determinar las razones del voto así como de la influencia que tenían las campañas electorales en los votantes a la hora de tomar la decisión del ejercer el sufragio, esto se realizó por medio de un estudio panel consecutivo de encuestas con las mismas personas para saber cuáles eran sus inclinaciones políticas así como algunos de sus datos personales.

Explica la acción de votar con base en el entorno social del individuo y en los procesos de comunicación que se usan en las campañas electorales entre los contactos personales y lo que se denomina como líderes de opinión. Lazarsfeld, uno de sus principales exponentes, también tomó para su estudio algunas variables que denominó grupo social en las cuales se influyen tres aspectos principales para determinar la preferencia del voto: la religión, lugar de residencia y categoría económica, con lo cual se podía observar que esos factores sí influyen en la decisión del voto, ya que un individuo con ciertas características religiosas era más susceptible a votar por determinado partido, de igual manera a estos aspectos les llamó predisposiciones, las cuales concluye que se activan más con las campañas electorales, por lo tanto dice que las campañas electorales solo ayudan a reafirmar la decisión del voto y en un mínimo caso a redefinirlo. Su principal hipótesis es que la propaganda ha de reforzar y sostener las intenciones del voto de un 50%, aproximadamente, de los votantes que han tomado su decisión antes de la campaña.

Dentro del estudio también se maneja la variable de los medios de comunicación como influencia en el voto pero se demostró que era mínimo ya que el ciudadano utiliza los atajos informativos. Por último otro de los aspectos importantes que rescata es que quienes más influyen a la hora de votar son los contactos personales, esto es por medio de los líderes sociales y políticos en atención a que crean el marco para la interpretación de los intereses.

Dentro del enfoque sociológico se pueden tomar en cuenta tres corrientes con distintos énfasis pero que permiten explicar el comportamiento electoral: los “contextos sociales”, la “cohesión social” y, el “origen”. Es decir, que el acto de votar tiene una explicación estudiada por la ciencia y no corresponde a una generación espontánea.