El pasado 7 de agosto se posesionó uno de los presidentes más jóvenes en la historia de Colombia. Su presidencia ha generado emoción y expectativa en un sector de la sociedad, mientras que en otro provoca dudas y preocupación. El país está divido y el nuevo gobierno ya empezó. Aunque el discurso del presidente Duque trató de tener un tono conciliador, es inevitable mencionar el discurso del presidente del Senado Ernesto Macías, en apariencia, opuesto al del mandatario.

El discurso de Macías no sólo fue agresivo, inapropiado e incendiario, sino también impreciso. No se pueden manipular cifras ni engañar a los ciudadanos, tampoco contar verdades a medias y mentiras acomodadas, menos en una posesión presidencial y frente a la comunidad internacional. No era el momento para criticar al gobierno saliente ni aferrarse al pasado, era más bien la oportunidad para mirar hacia el futuro y desearle un buen desempeño al nuevo mandatario. Criticar al expresidente Santos no fue el problema, sino la falta de exactitud y el engaño. Inquieta que el presidente del Senado parecía en un intervención de su partido y no en una posesión presidencial.

Otro hecho que causó preocupación fue el nombramiento de Claudia Ortíz como directora de la Unidad Nacional de Protección (UNP). La oposición y algunos periodistas han sido atacados y hasta calumniados en diferentes ocasiones por parte de la funcionaria. En la red social Twitter, ha evidenciado su sectarismo y un claro desprecio por quienes piensan diferente a ella. Es preocupante que la persona encargada de proteger la vida de la oposición muestre matices de odio. En su discurso, el presidente Duque afirmó: “el pasado también nos enseña que los dogmatismo pueden llevarnos a grandes fracasos”. Pues, la actitud de la señora Ortíz demuestra dogmatismo y refuta lo que supuestamente defiende el mandatario. Afortunadamente decidió no nombrarla en el cargo. Mostró entereza ante un hecho indignante.

La Consulta Anticorrupción también es otro punto que genera controversia. El Centro Democrático y el presidente Duque manifestaron su apoyo a la consulta. Hoy, el partido político no es claro en su apoyo. El presidente se mantiene firme, pero estas ambigüedades entre él y su partido crean preguntas sin respuestas claras.

Ha pasado una semana y el presidente revela notables diferencias con su partido, pues lo que dice contradice el tono de varios de sus colegas. Entonces, ¿el Centro Democrático le hará oposición? ¿Por qué su discurso en la posesión presidencial iba en contravía del discurso de Macías? ¿Se sorprendió al escucharlo o ya sabía lo que diría? ¿Realmente quiere mantener un tono conciliador, respetar la diferencia y tratar de construir un camino de entendimiento? ¿O es simple apariencia? ¿Se molestó con Macías o lo aplaudió como sus colegas? ¿Los periodistas y la oposición se pueden sentir tranquilos?

Le deseo lo mejor al nuevo presidente. Ojalá, en su gobierno, todos tengamos garantías.

@MariaMatusV