De Rusia-2018 regresé convencido de que en algún momento, los técnicos se olvidaron de jugar al fútbol. A esa conclusión llegué viendo a Francia, Croacia, Bélgica y, a ratos, a Inglaterra.

Hubo un momento en que los técnicos encontraron más fácil defenderse para no perder que atacar para ganar. En ese momento se desvirtuó la práctica del fútbol que en su definición dice: “Es un deporte que se practica entre dos equipos de 11 jugadores cada uno, que tratan de introducir un balón en el arco contrario con los pies, la cabeza o cualquier parte del cuerpo, excepto las manos. Gana aquel que anote más goles durante los 90 minutos que dura el encuentro”. En ninguna parte dice que gana el equipo que más se defienda y conserve la valla en cero.

Mantener la valla en cero se convirtió en el punto de arranque para pensar más en no perder que en ganar. ¡El fútbol es un juego! Muchos técnicos dejaron de jugar para no perder.

Claramente es un absurdo.

Por eso me agradó ver al Junior ganar, golear y gustar ante Huila (3-0). Jugó buen fútbol. Es que desde que se invirtió la pirámide, se volvió más importante el circuito defensivo que el ofensivo. Es más, hay escuelas de técnicos que dicen que el trabajo táctico tiene que ver con el aspecto defensivo exclusivamente. Otra idea traída de los cabellos.

Es tanto el tema de la idea de defenderse para no perder, en lugar de atacar para ganar, que es muy común escuchar decir que “el técnico metió a Pedro y sacó a Juan para cerrar el partido”. En esta caímos todos.

Vuelvo al Junior. En una de estas columnas desde Moscú pedía a los aficionados que hicieran huelga de pitos contra el fútbol amarrado para hacer que las ideas vistas en el Mundial se pusieran en práctica en nuestro fútbol. Es que todos gozamos de ese fútbol de ataque con sus variantes. El contragolpe de Francia, la generación de Croacia, el ataque lleno de polenta de Bélgica y el juego por las bandas y el centro de Inglaterra.

El Junior que nos gustó vs. Huila no recibe goles porque tiene ocupado al equipo contrario con su veloz y demoledor ataque. Díaz, Jarlan y Teófilo ponen al servicio del equipo sus capacidades para hacer un todo. James, Cantillo y Pico sacan al equipo del fondo con buen manejo. Piedrahíta y Fuentes se lanzan al ataque por las bandas juntándose con los delanteros en una idea general para jugar al fútbol. Que hasta ahora hemos jugado con equipos ‘chicos’, es cierto, pero Junior se ve bien.

Ganó, goleó y gustó porque jugó el fútbol simple, sin artilugios. En otras palabras, Junior jugó fútbol. Ese que nos niegan algunos para no perder...