Y aquí estamos esperando el examen final. Este estado de zozobra traerá alegría o frustración. Es el día en que el lápiz amarillo se convierte en el soporte para apretar los dientes.

Sentado en el pupitre, con el silencio que antecede al golpe o a la felicidad, el mundo se pone lento, el corazón se acelera, los pensamientos aparecen, las preguntas que traerá el cuestionario, y nos preguntamos: si no dimos resultados durante el calendario regular, ¿será posible hacerlo hoy?

Dentro de la evaluación mental y los recuerdos aparece Lima. Esta situación ya la vivimos allí antes del Mundial de Rusia. Colombia vs. Perú en la misma última fecha, el mismo examen final, pero con más probabilidades que ahora.

Se necesitaba un triunfo o un empate. Esta vez es posible que ni lo uno, ni lo otro, nos alcance a no ser que sean otros los que puedan ayudarnos ganando unos y perdiendo otros para acomodarnos nosotros.

Aquella vez en Lima no hubo ayudas de seleccionado alguno, pero la mejor decisión del juego, cuando se puso 1x1 con los peruanos, la tomó Falcao García al convenir verbalmente, con Paolo Guerrero, que ese resultado servía a ambos y sacaría a Chile.

El famoso pacto de Lima del que fuimos testigos ahí no más a metros donde Falcao y Paolo conversaron tapando sus bocas con las manos en pleno desarrollo del partido. Colombia fue a Rusia como cuarto clasificado, Perú por la vía del repechaje y Chile quedó por fuera.

El tema de ahora, que es un caso parecido, es que de pronto, toque madera, ni un triunfo sobre Venezuela nos podría clasificar a Catar.

Estamos los mismos protagonistas de aquella vez, pero con panorama diferente que, evidentemente, tiene a Perú como candidato a quedarse con el quinto lugar por encima de Colombia y Chile.

Y explicamos, Colombia tiene 20 puntos y es sexta. Uruguay 25 y es cuarta. Ni ganando lo podríamos alcanzar. Perú es quinto con 21 puntos, a ellos los podríamos sacar si ganamos a Venezuela como visitantes y ellos empatan o pierden con Paraguay como local.

Ahora si Chile, que suma 19 puntos, gana a Uruguay como local y Colombia y Perú pierden, los que ocuparían el cupo de repechaje serían los chilenos con 22 puntos por 21 de Perú y 20 de Colombia.

No es fútbol, es matemática. Es la realidad lejos de la retórica y de todo lo que hablamos y suponemos antes de los partidos que, algunas veces, resultan como no esperamos.

Es un examen final, pero teniendo de presente lo que podrían hacer dos seleccionados más.

Evidentemente necesitamos esos tres puntos, pero también un milagrito. Tres puntos y a esperar que se alineen los planetas a nuestro favor para logar disputar el repechaje.

Es que solo optamos por el premio de consolación ya que, esta vez, no hubo para más.

Hola Dios, somos nosotros otra vez…