Quien esto firma ha sido consultor de comunicaciones de muchas de las empresas del denominado Grupo Empresarial Antioqueño “GEA”. Ha tenido la oportunidad, por ejemplo, de participar en la comunicación de las diferentes integraciones empresariales ocurridas a lo largo de más de 20 años de relación profesional.

Diez empresas cementeras, que ya eran propiedad de los actuales accionistas, se reunieron en torno a Cementos Argos para hacerlas más competitivas. El grupo que de allí nació ha desarrollado actividades, además, en concesiones de infraestructura y en la generación de energía con una creciente tendencia a la solar y a la eólica.

La adquisición de los activos de América Latina de ING, una de las jugadas más intrépidas del mercado, fue recibida con elogios por sectores financieros y gubernamentales. A ella se le sumaron adquisiciones en el sector seguros. Estas operaciones permitieron la existencia latinoamericana del Grupo Sura.

Por su parte, la Compañía Nacional de Chocolates pasó de ser una empresa de chocolates y de chocolatinas Jet a un grupo económico consolidado en torno a la producción de alimentos procesados, hoy llamado Grupo Nutresa, el número 1 mundial en sostenibilidad en su sector.

Todas ellas han seguido un modelo societario original que, por un lado, tiene un significativo grupo de accionistas de amplia conformación, y por otro, ha permitido el fortalecimiento de las empresas, diversificando riesgos de industria y de región. Y defendió a estas sociedades y a sus accionistas, de la rapacidad del narcotráfico.

Quizás el esquema de propiedad no haya sido bien comprendido en otras regiones del país, en particular en Bogotá, en donde el modelo de desarrollo empresarial está más basado en la propiedad familiar de las sociedades.

En estos tres grupos, Argos, Nutresa y Sura, participan, hoy por hoy, muchos, muchísimos, accionistas que tienen cada uno un número reducido de acciones que los hace propietarios de estas empresas. Hay también familias con un buen volumen de acciones. Sin embargo, esas sociedades son administradas por juntas directivas, con miembros independientes, y por presidentes y gerentes con edad de retiro definida y que, por lo tanto, no se perpetúan en los cargos

En el Grupo Argos, hoy todavía la propiedad se comparte, además, con los ahorradores del sistema pensional colombiano, utilizando los mecanismos definidos por las leyes y las normas para las administradoras de fondos de pensiones. Ellas han visto multiplicar por 15 veces su parte de patrimonio generado por las acciones de Grupo Argos y han obtenido dividendos crecientes.

Este modelo ha permitido una vinculación de la empresa privada al desarrollo de la ciudad de Medellín que tampoco ha sido bien comprendida. Luego de la crisis provocada por el narcoterrorismo, se armó un modelo de ciudad que proponía la participación de la academia, de la llamada sociedad civil, de los sectores populares y sociales y, desde luego, de las compañías, en torno a lo público.

Este exitoso modelo, hoy en peligro, ha permitido un desarrollo equitativo y redistributivo.

¡Qué bueno sería que este exitoso modelo fuera mejor comprendido!