Esta columna no tiene nada contra los conductores de motos. La escribimos como un aporte a la reflexión. Un grupo de nueve jóvenes de una respetable universidad privada de la ciudad que preparan el borrador de un estudio académico para intentar demostrar cómo se ha pervertido cada vez más el hecho de conducir una motocicleta en nuestra ciudad, se dedicó durante tres días a observar personalmente en seis esquinas cruciales de Barranquilla el número y la clase de infracciones de conductores de motocicletas y, los resultados son francamente asombrosos por la peligrosidad que establecen cuyas características son macabras. Repetimos: no tenemos nada contra estos conductores. Hay miles de ellos muy juiciosos en esta actividad. Si el tema lo traemos hoy es porque consideramos que esta situación es alarmante y ya está cobrando muchas vidas: En la ciudad en el año 2023 hubo 346 muertos.

Lo grave es que no se vislumbra un cambio a futuro próximo. Al final de la columna dos preguntas resumirán el peligroso futuro de la situación. El grupo estudiantil comprobó en estas seis esquinas que el tema es global, en todas partes es igual: Rebolo, calle 17 con cra. 32; Centro, carrera 43 con calle 37; Boston, carrera 43 calle 70; carrera 21 con calle 64; 38 con calle 68; calle 84 con carrera 44 y carrera 38 con calle 68.

Trabajaron el grupo tres días seguidos durante cuatro horas cada día. Comprobaron que el 80 % de los conductores no respetan las señales de tráfico ni los semáforos. Así mismo la velocidad promedio es de 60 por hora. El zig -zag de las motos entre los automotores es seguido y demasiado expuesto por lo estrecho.

El 40 % de los acompañantes no usan casco protector y lo último, presenciaron 16 accidentes entre tres muy fuertes y el resto leves debido a imprudencias e inobservancia de normas, especialmente transitar en contravía.

Las preguntas últimas son: Si estos nueve jóvenes pudieron sacar estas breves estadísticas en tan corto plazo, ¿como será las que se producen las 24 horas en toda la ciudad y a cuánto ascenderán, y cómo serán sus consecuencias? ¿Cuántos de estos conductores tienen un nivel mínimo de educación? Por último:

¿Dónde está la policía de tránsito en todo este mundo alucinante de peligros y burlas a toda disposición? La policía está bien, gracias, nos mandó saludos...