Un candidato que aspire a la Presidencia de la República de Colombia debe tener claro el contexto social, económico, político y cultural del país para poder actuar en este laberinto y llegar a un pueblo confundido por las redes sociales. Este candidato debe reunir tres condiciones humanas:
1.Humildad. Tiene que ver con el trato con los demás. La humildad, según Chopra, es poner a funcionar la ley del dar. Humilde no es sinónimo de pobreza. Es el candidato que se unta de pueblo, que visita a los vendedores ambulantes del mercado de Bazurto en Cartagena, la Galería Alameda en Cali, el Gran Bazar de Barranquilla, la Central Mayorista de Medellín, la plaza San Isidro de Villavicencio, se abraza con la vendedora de verduras de Paloquemao en Bogotá y juega tejo o rana en La Perseverancia de la capital. El voto está en la calle no en los clubes sociales. El 80% del pueblo colombiano vive en los estratos uno, dos y tres. El 20% restante, en los estratos altos.
2.Escuchar con empatía. La periodista Jeanne Segal nos dice: “escuche con los ojos, el corazón, el estómago y otras partes del cuerpo y no sólo con los oídos”. Escuchar es más importante que hablar. Por su parte, la escritora Julia Camerón en su libro El arte de escuchar, señala: “cuando practicamos el arte de escuchar, no caemos en el vicio de mentir”. Muchos candidatos están hablando con una persona, no le miran la cara, voltean la vista hacia otro lado y siguen chateando con su celular sin ponerle atención, lo que se entiende como un desprecio. Ese voto se perdió.
3.Comunicación estratégica. ¿Cómo habla el candidato, sus gestos, tono de voz y la fuerza de su expresión capaz de producir emoción en el elector?, es la clave. Nietzsche dice que toda palabra tiene su olor. Además, hay palabras frías y palabras calientes. Seducir es convencer con inteligencia emocional. El éxito de la comunicación está en el tono de la voz. No olvidar la enseñanza que menciona el escritor Alex Grijelmo: “las palabras engatusan y repelen, edulcoran y amargan, perfuman y apestan”.
En este escenario, ¿qué le pasa al candidato Sergio Fajardo, que la gente lo califica de tibio o de frío, con todos los títulos para gerenciar a este país? En nuestro criterio debería diseñar una nueva estrategia electoral, con todas las organizaciones políticas, cambiar la temperatura de sus palabras y ponerle un tono más fuerte a su mensaje enfocado a la población de los estratos uno, dos y tres, que en este momento reclaman un líder con fortaleza y coraje. ¡Que hable duro y sin miedo!