El panorama de las ventas de vivienda nueva en Colombia ha comenzado a mostrar señales positivas después de meses de desempeño negativo. Si bien las cifras aún se encuentran por debajo de los niveles alcanzados el año pasado, el sector ha registrado dos meses consecutivos de crecimiento, incluso agosto, en particular, se destacó como el mes con el crecimiento anual más alto de 2024, precedido por dos meses sin caídas anuales en las ventas.
Este ligero repunte ha despertado optimismo, en parte por las revisiones al alza de las proyecciones de crecimiento económico del país. Varios factores macroeconómicos respaldan esta mejoría. En primer lugar, la tasa de interés ha iniciado una senda expansiva, impulsada por el Banco Central, con el objetivo de estimular el consumo, que ha sufrido una fuerte contracción en los últimos meses. Este entorno de tasas más bajas es un alivio para el sector inmobiliario, donde el financiamiento juega un papel clave. Muchas familias que esperaban mejores condiciones ahora pueden estar más inclinadas a solicitar créditos hipotecarios.
Por otro lado, la inflación, aunque sigue golpeando el bolsillo de los colombianos, ha comenzado a ceder. Además, la negociación de un aumento más gradual en el precio de la gasolina ha mejorado las expectativas económicas, con proyecciones que sitúan la inflación en un 5,6% para el cierre de 2024.
En el ámbito local, gobernaciones y alcaldías han impulsado políticas públicas enfocadas en la vivienda de interés social (VIS), con subsidios que han dinamizado la oferta de nuevos proyectos y facilitado el acceso a recursos para cerrar las brechas financieras de las familias. No obstante, es crucial que estas políticas se complementen con coberturas a las tasas de interés, garantizando que los subsidios realmente alcancen a materializarse.
Mientras el sector de la vivienda nueva recupera terreno, la vivienda usada sigue ganando protagonismo. Su oferta inmediata y precios más asequibles, ajustados a las negociaciones entre compradores y vendedores, la hacen atractiva en este contexto de incertidumbre.
En conclusión, el mercado de la vivienda en Colombia comienza a mostrar mejores perspectivas. Con un entorno económico más favorable, facilidades de financiación, subsidios y mejores expectativas inflacionarias, es probable que veamos un aumento significativo en las ventas en los próximos meses. El terreno está listo para un repunte que beneficiará tanto a compradores como a desarrolladores.
* Directora ejecutiva Corporación Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla